miércoles, 26 de mayo de 2010

ESCUELA POLITICA VIRTUAL "UNAMONOS POR UNA PATRIA PARA TODOS"

La campaña de estudio y comprensión del Manifiesto del PCdelP-Patria Roja empezó y para ello mediante la Escuela Política Virtual "Unámonos por una Patria para Todos" alcanzaremos a ustedes varios archivos para que sean estudiados individual y colectivamente:

I. PREGUNTAS DE REFLEXIÓN SOBRE EL MANIFIESTO 2010:

UNÁMONOS POR UNA PATRIA PARA TODOS

Los comunistas peruanos, herederos del pensamiento, la acción y el proyecto socialistas de José Carlos Mariátegui, reunidos en el VIII Congreso del Partido Comunista del Perú – Patria Roja, convenimos, por unanimidad, emitir el presente

MANIFIESTO.
Próximos al Bicentenario de la Independencia, nos anima la determinación de concurrir a la construcción de una alternativa, política, económica, social, cultural y ética distinta y superior al modelo capitalista neoliberal y neocolonial vigente, que el gobierno del APRA, continuando a Fujimori, profundiza hasta consecuencias extremas.
1. ¿Que es neocolonialismo?
2. ¿Que es neoliberalismo?
3. ¿Que características tiene el modelo capitalista neoliberal y neocolonial vigente?

La fuerza de la derecha política y económica, hegemónica casi siempre desde los orígenes de la República fundada en 1821, si exceptuamos el gobierno de Velasco Alvarado, antes que en sus virtudes se cimentó siempre en el atraso cultural, en la exclusión, la división, la confusión o la represión de la inmensa mayoría de peruanos, así como en la ausencia de una alternativa que represente sus reales intereses. No es invencible ni le asiste la verdad. Un Perú nuevo, independiente, soberano, democrático, próspero y desarrollado, con justicia social, moralmente regenerado, es posible. Atrevámonos a conquistarlo.
4. Elabore una sinopsis histórica y una línea de tiempo que exprese cronología y características de la hegemonía de la derecha política y económica desde 1821 al presente.
5. Fundamente con 5 razones por que un Perú nuevo, independiente, soberano, democrático, prospero y desarrollado, con justicia social, moralmente regenerado, es posible.
6. ¿En que consiste un Perú nuevo, independiente, soberano?
7. ¿Cómo sería un Perú democrático, prospero y desarrollado?
8. ¿Qué significa justicia social?
9. ¿En que se diferencia nuestra propuesta con aquella que formula la derecha, la iglesia, el anarquismo?
10. ¿Cómo debemos entender el concepto de regeneración moral y qué ejemplos podríamos formular hacia las masas?

No será difícil ponernos de acuerdo en una plataforma común. Lo que falta es la visión estratégica y la voluntad de sumar fuerzas, dejando atrás estrecheces sectarias y prejuicios que pueden hacer abortar el mejor plan y las mejores intenciones. La unidad de todos los sectores agredidos por el neoliberalismo en un frente político-social, reconociendo la identidad singular de cada cual, está al alcance de la mano si la asumimos con firmeza y derrotamos el plan divisionista de la derecha con García a la cabeza.
11. ¿Qué es tener visión estratégica? ¿Cómo adquirirla?
12. ¿Cuáles son los sectores agredidos por el neoliberalismo y en qué formas?
13. ¿Es posible un frente político social de estos sectores victimas del neoliberalismo?
14. Demuestre la existencia y propósitos del plan divisionista de la derecha con Alan García a la cabeza.
15. ¿Puede la unidad del pueblo en un frente político social derrotar este plan divisionista?

Continuismo neoliberal entreguista, autoritario y corrupto, por un lado, o cambio de rumbo democrático y patriótico, con justicia social, por el otro: he ahí el dilema de hierro. No existe una vía intermedia sino como discurso demagógico y confusionista, o como promesa que más tarde será reabsorbida por las clases hegemónicas y las transnacionales.
16. ¿Por qué es un dilema continuismo neoliberal entreguista, autoritario y corrupto por un lado, o cambio de rumbo democrático y patriótico, con justicia social, por el otro?
17. ¿Por qué no existe una vía intermedia entre estas dos opciones?

¡Vencen los que están dispuestos a vencer, no los que se dan por vencidos antes de entrar en batalla!


NO SOMOS AJENOS AL ACONTECER MUNDIAL
Entender el Perú de hoy implica ir a sus raíces, explicar nuestro tiempo, también definir cómo se inserta en el escenario mundial: si como país productor de materias primas o como país que se industrializa de la mano con la revolución tecnológica y científica. Necesitamos ver el mundo desde nuestra realidad, no con las anteojeras que nos imponen las transnacionales, el FMI o el Banco Mundial. No perdamos de vista que muchos inversionistas extranjeros y sus pares criollos no invierten por amor al Perú sino por amor a la más alta tasa de ganancia, “no tienen como objetivo promover el desarrollo de un país sino maximizar sus beneficios”.1
18. ¿Cómo es un país productor de materias primas?
19. ¿Por qué decimos que el Perú es visto y tratado como un país productor de materias primas?
20. ¿A que llamamos revolución tecnológica y científica?
21. ¿De que manera ve el mundo las transnacionales?
22. A contrapartida, ¿Qué significa ver el mundo desde nuestra realidad?
23. ¿Qué es el FMI, qué el Banco Mundial?
24. ¿Qué significa alta tasa de ganancia?
25. ¿Es necesaria o dañina la inversión extranjera?

La globalización que defiende e impone el imperialismo es, simultáneamente, un fenómeno y un proceso para someter a todo el mundo, utilizando el capital y la tecnología que está en manos de los monopolios. En los últimos 25 años, la globalización capitalista se ha intensificado en los países desarrollados de Occidente a la par que el neocolonialismo, ajustando cuentas con el movimiento socialista y los movimientos democráticos nacionales y anticoloniales que se desarrollaron en el mundo durante los decenios de 1950 y 1960.
26. ¿Qué es globalización, qué es imperialismo y cual es su interrelación?
27. ¿Qué movimientos democráticos nacionales y anticoloniales se desarrollaron en el mundo en los decenios de 1950 y 1960?

“El grado de concentración del capital sumado al control de la alta tecnología y la investigación científica como instrumento de dominación; la globalización de los mercados; el dominio del capital financiero, en especial del capital especulativo parasitario sobre la economía real o sustantiva; el debilitamiento de los Estados y la economía de los países en desarrollo en beneficio de las transnacionales; la depredación de los recursos naturales y la agresión al medio ambiente, que amenaza la propia sobrevivencia de la especie humana; la creciente polarización entre países desarrollados y pobres, y, dentro de éstos, entre una capa explotadora privilegiada y las mayoría de la población trabajadora y el pueblo; el intervencionismo militar y la política de guerra del imperialismo que se lleva a cabo arrojando al tacho el derecho internacional, con despilfarro de enormes recursos económicos mientras el hambre agobia a miles de millones de pobres; el monopolio de la información y la ofensiva mediática para homogenizar el pensamiento y someter las identidades culturales; la crisis energética, alimentaria, ética y moral, aplastadas por un pragmatismo donde la verdad se mide por los beneficios y la corrupción se contabiliza como ganancia, configuran una crisis de civilización, de la civilización capitalista y de un orden impuesto basado en la manipulación y el engaño, en el lucro desmedido, los privilegios y la fuerza, en el consumismo, la depredación ambiental, la ausencia de valores, el individualismo exacerbado y la quiebra del espíritu solidario”2.
28. ¿A qué denominamos concentración del capital y cual es la magnitud de ello? Señale datos.
29. ¿Qué referencias tiene del control de la alta tecnología y la investigación científica como instrumento de dominación?
30. ¿Qué es economía real, qué es capital financiero y qué es capital especulativo parasitario?
31. ¿Cuál es la magnitud de la depredación de los recursos naturales y la agresión al medio ambiente que amenaza la propia sobrevivencia de la especia humana?
32. ¿Qué evidencias tiene del problema antes señalado en la realidad peruana?
33. ¿Cuáles son las ideas centrales del Documento final del reciente evento realizado en Bolivia sobre el cambio climático y la defensa de los derechos de la Madre Tierra?
34. ¿De que manera ha repercutido en el mundo la crisis económica manifiesta desde el 2008?
35. ¿En que consiste la actual estrategia norteamericana y cuales son sus particularidades para America Latina?
36. Profundice y desarrolle la información que tiene sobre el Plan Colombia y las Bases Militares norteamericanas en America Latina?
37. Sintetice la naturaleza y alcance del diferendo marítimo que tenemos con Chile.
38. Obtenga estadísticas que reflejen la situación de pobreza y de hambre en el mundo los últimos 20 años.
39. Busque información que sustente la existencia de monopolio de la información y la ofensiva mediática del imperialismo para homogenizar el pensamiento y someter las identidades culturales.
40. ¿En que consiste la crisis energética y alimentaria que provocan las políticas del imperialismo?
41. ¿Por qué decimos que vivimos una crisis de civilización y cuál debiera ser nuestra posición y actitud frente a ella?

El neoliberalismo es su expresión ideológica, cultural, económica y política, la más irracional, rapaz y depredadora del capitalismo.
42. ¿Cuáles son las expresiones ideológica, cultural, económica y política del neoliberalismo?

Tres décadas de hegemonía neoliberal han sido suficientes para mostrar, en América Latina, su fracaso como camino al desarrollo. Si el neoliberalismo ha tenido éxito se explica porque sus mentores supieron sacar ventaja del derrumbe de la ex URSS que presentaron como el “fin de la historia”, de la gran crisis de la deuda externa y la inflación que se desató en la década de los ochentas, denunciando al Estado como sinónimo de malo e intrínsecamente perverso, difundiendo la falacia de que el mercado capitalista era la única alternativa viable para la humanidad: “esto o el desastre; esto o el Apocalipsis" fue su consigna.
43. Elabore un resumen con la historia del neoliberalismo.
44. ¿Qué sostenía Francis Fukuyama con su tesis del “fin de la historia”?
45. ¿Qué es la deuda externa y cuál es su magnitud e implicancias para el caso peruano?
46. ¿Por qué es una falacia que el mercado capitalista es la única alternativa viable para la humanidad?

“Victoria”, transitoria desde luego, de la que el “Consenso de Washington” fue la herramienta programática para su instrumentación en América Latina con el concurso de gobernantes cipayos como Pinochet, Fujimori, Salinas de Gortari, Menem, Cardoso, Carlos Andrés Pérez o Alan García.
47. ¿Qué es el “Consenso de Washington”?

Ningún país de la región demuestra lo contrario, incluyendo Chile cuya riqueza cuprífera es la base de sus exportaciones y sigue, en lo fundamental, en manos del Estado. Los países que han logrado desarrollarse en el último medio siglo, especialmente en el Oriente, lo hicieron en oposición al modelo primario exportador, con un Estado fuertemente regulador, orientado a la industrialización, la ciencia y la tecnología, a la exportación de productos con valor agregado, con acento en la educación.
48. ¿Qué es el modelo primario exportador y cual ha sido su origen y desarrollo en nuestra realidad?

Los países centrales del capitalismo, antes y en el curso de la gran crisis, con el recetario de la globalización neoliberal llevan la concentración del capital a niveles inéditos en la historia. Para ello, como ha demostrado Samir Amin, controlan férreamente cinco oligopolios cruciales en la época contemporánea: el tecnológico, el de los mercados financieros mundiales, el de los accesos a los recursos naturales del planeta, el de los medios y las comunicaciones de masas, finalmente, el de los medios de destrucción masiva3.
49. ¿A qué llamamos oligopolios?

Sin embargo, sus contradicciones se han profundizado; sus inequidades tornado más evidentes; su injusticia y prepotencia se han vuelto transparentes, al igual que su naturaleza predatoria; su creciente incompatibilidad con la democracia es un hecho, pues promueve el autoritarismo y el fascismo. La crisis financiera y económica que se inicia a fines de 2008, con epicentro en los Estados Unidos, con su inmensa destrucción de fuerzas productivas es la mejor demostración de su naturaleza decadente.
50. ¿Cuál es la actual situación económico social de Estados Unidos?
51. ¿Qué es el fascismo y en que condiciones surge?


MIRAR EL FUTURO SIN RENUNCIAR A NUESTRAS RAÍCES
El Perú es un país con una historia prolongada, rica en creación, también tortuosa, cortada abruptamente por la conquista española. La Ciudad Sagrada de Caral, con 5000 años de antigüedad, ilumina nuestro antiquísimo ancestro. La culminación de la civilización andina fue el Tahuantinsuyo, “que alcanzó un nivel de bienestar material y una sofisticación cultural que rivaliza, y de hecho supera, al de muchos de los grandes imperios del mundo”4. La conquista cierra este ciclo y abre otra, la historia trágica de los vencidos, de una población indígena sojuzgada y de una hecatombe demográfica sin paralelo, y que, sin embargo, no han dejado de resistir.
52. Elabore un diagrama que sintetice nuestra historia hasta la conquista española.
53. Sintetice una información básica sobre la Cultura Caral.
54. Investigue que es el movimento Taki Onkoy.
55. Trate de oír la Cantata “Taki Onkoy” compuesta e interpretada por Víctor Heredia y reflexione al respecto.

La Independencia, ante la ausencia de iniciativa de lucha de la mayoría criolla, de la dispersión indígena luego de la derrota de Túpac Amaru II y Túpac Catari, que canceló la acción independiente de la población quechua y aymara, fue más bien fruto de la presencia de los ejércitos comandados por San Martín y Bolívar. En cierto modo la concedieron los ejércitos aliados en los campos de batalla de Junín y Ayacucho, por encima de la intención de la aristocracia criolla que aspiraba a “un tránsito de gobierno que entregase el manejo del nuevo Estado soberano a su propia clase, sin otras innovaciones”5. En suma, en palabras de Basadre, “una revolución frustrada”, una república que nace cercenada, excluyendo a la inmensa mayoría de la población indígena y negra, cuyas consecuencias se perciben hasta el presente.
56. ¿Quienes fueron Tupac Amaru II y Tupac Catari, cuál fue la gesta que emprendieron y qué lecciones nos han dejado?
57. Disponga de una biografía básica de Simon Bolívar y José de San Martín.
58. Antesala, desarrollo y situación posterior a las Batallas de Junín y Ayacucho.
59. ¿Quién fue Jorge Basadre?
60. ¿A qué se refiere éste con “una revolución frustrada”?

Apenas iniciada la República, en ausencia de una clase dirigente que sentara las bases de una nación independiente, democrática, incluyente, moderna, se dio paso a un Estado abrumado por el caudillismo militar y la anarquía; se reconcentró la propiedad de la tierra sobre bases feudales; se marginó y expolió a la población indígena con la restitución de “la organización fiscal de la colonia…para financiar el 40% del gasto público de un Estado con el que no tenía nada que ver”6; sin un presupuesto que ordenara la finanza pública. Más tarde, con el auge del guano y el salitre se desbordó una frenética carrera de endeudamiento, despilfarro y latrocinios, que ahondó la dependencia del Perú, perdiendo la oportunidad para sentar las bases de una nación económicamente próspera, política y socialmente democratizada. El desastre que significó la guerra del Pacífico, a pesar del heroísmo de Grau, Bolognesi, Cáceres y muchos otros patriotas, de la resistencia de la Breña, ratifica una historia de improvisaciones, de corrupción inveterada, de insolvencia política, militar y moral, de divisionismo y cortedad de miras de la aristocracia gobernante. Es la larga marcha a la deriva, signada por la sumisión al dominio imperialista, que ejemplifica bien la gestión de Fujimori, Toledo o García, quienes se nutren de los dictados del Banco Mundial o del FMI en ausencia de proyecto y estrategia de desarrollo propios.
61. ¿Cuál es el enfoque marxista sobre lo que es nación?
62. En la historia nacional, ¿qué entendemos por caudillismo militar?
63. ¿Cómo surge y se manifiesta el feudalismo en el Perú?
64. ¿Cuáles son las circunstancias, personajes y desenlaces que intervienen en el auge del guano el salitre.
65. Haga un resumen crítico de la Guerra del Pacifico.
66. ¿Cuál fue el papel del imperialismo antes, durante y posterior a la Guerra del Pacífico?
67. ¿Por qué no hemos tenido proyecto y estrategia de desarrollo propios?

Próximos a cumplir dos siglos de alcanzada la independencia del dominio colonial español, el Perú sigue siendo, en muchos aspectos, tributario de esa vieja herencia colonial y feudal, de esa visión conservadora, racista y aristocrática de la vida, de esa incapacidad para afirmarse como sociedad independiente y soberana. La nación continúa siendo una promesa incumplida. El centralismo económico y político, además del neocolonialismo, impiden la integración del país, el desarrollo del interior, la construcción de un mercado nacional. En una etapa de la humanidad en la cual la ciencia, la tecnología, la educación y el conocimiento se han convertido en una fuerza productiva fundamental, se sigue imaginando que crecimiento es igual a desarrollo, despensa de materias primas mejor que industrialización, chorreo sobrante superior a distribución equitativa de la riqueza. Con el falaz argumento del “perro del hortelano” se retorna a los peores momentos de saqueo de los recursos naturales y se degrada severamente el medio ambiente.
68. ¿Por qué la nación continúa siendo una promesa incumplida?
69. ¿Qué es el centralismo económico y político? Evidencias de ello.
70. ¿Por qué crecimiento no es igual a desarrollo?
71. ¿Cuáles son las tesis fundamentales de la propuesta del “perro del hortelano” formulada por Alan García?
72. Elabore un cuadro de respuestas a cada una de estos postulados.

En Perú, la democracia es más formal que real. El autoritarismo ha sido casi siempre la impronta de quienes ejercieron el poder. La exclusión de la población indígena y popular es aún una realidad patética como se ha podido ver en las recientes luchas indígenas andinas y amazónicas. El centralismo económico, que impide el desarrollo del interior, corre paralelo con el centralismo político que convierte al presidente de la república en un poder ausente de controles. El Estado, carente de soberanía, además de su inoperancia, ineficacia, burocratización y marcada corruptela, se encuentra al servicio de las transnacionales y el poder económico criollo, mientras su ausencia es visible en amplios espacios del territorio nacional.
73. ¿A que llamamos democracia? ¿Cuáles son las acepciones que le dan las diversas clases sociales y opciones políticas?
74. ¿Cuáles han sido las condiciones por las que insurgen y se imponen el autoritarismo?
75. ¿Qué elementos conforman el actual estado peruano y qué características tiene?

Los problemas que agobian al Perú se explican por el fracaso histórico de cúpulas dominantes insensibles al cambio, profundamente conservadoras y entreguistas, temerosas de la insurgencia popular, adictas al autoritarismo, al clientelaje y la corrupción. La república no ha logrado desprenderse de este sello. Intentos de reformas como la emprendida por los militares encabezados por Velasco Alvarado chocaron con este muro, y la contrareforma que le siguió empalmó con el neoliberalismo, impidiendo que el Perú ingresara en el siglo XXI sobre rieles nuevos. Fujimori o Alan García representan la misma voluntad continuista, son el símbolo patético de la corrupción y el mesianismo caudillista que tanto daño han causado al Perú y al pueblo peruano. Una vieja república se asfixia sin remedio dos siglos después de alcanzada la Independencia; otra se abre paso de cara a los retos del siglo XXI teniendo en el pueblo peruano su fuerza protagónica.
76. ¿Qué intentos de reformas emprendió Velasco Alvarado y en que consistió la contrarreforma que le siguió?
77. Fundamente que otra republica se abre paso de cara los retos del siglo XXI teniendo en el pueblo peruano su fuerza protagónica.

ABRIR PASO A UNA NUEVA REPÚBLICA
La clave para entender el Perú y encontrar respuesta al drama que le impide desplegar sus potencialidades, reside en el fracaso de la república surgida con la Independencia, que con distintos aditamentos se mantiene frenando el desarrollo de sus fuerzas productivas, deformando su organización estatal, pervirtiendo la democracia, impidiendo la sana articulación de sus regiones. Es el resultado de la “revolución fracasada” en ausencia de una clase dirigente y de un proyecto que le permitiera realizarse como nación independiente. Casi dos siglos después, viejas tareas que debieron haberse resuelto siguen pendientes de solución, y las nuevas, surgidas con los cambios que vive el mundo, continúan postergadas. Esta realidad explica la inutilidad de sucesivas constituciones aprobadas en los siglos XIX y XX para sentar las bases de un Estado soberano, democrático, incluyente, plurinacional y pluricultural, indispensable para despejar el camino al desarrollo sostenible y sostenido, y abrirnos al mundo desde nuestra realidad aprovechando sus enormes potencialidades humanas, históricas, culturales, su biodiversidad y sus recursos naturales.
78. ¿Cuáles son las viejas tareas que debieron haberse resuelto y siguen pendientes y cuales son las nuevas, surgidas con los cambios que vive el mundo y continúan postergadas?
79. ¿Cuántas constituciones ha tenido el país, en que fechas y qué rasgos generales ha tenido cada una de ellas?
80. ¿En que consiste el estado plurinacional y pluricultural?
81. ¿Qué potencialidades tiene el Perú?

Necesitamos construir los cimientos firmes de una Nueva República, de cara a las exigencias del siglo XXI. Forjar un “Perú nuevo en un mundo nuevo” como fue el sueño de Mariátegui, asimilando con creatividad los aportes positivos acumulados por el pueblo peruano a lo largo de milenios de historia, junto a las conquistas avanzadas de la humanidad. Esta es la tarea que corresponde llevar a cabo a los comunistas, patriotas y demócratas, junto a las nuevas generaciones, con audacia y sin pérdida de tiempo. Cobran entonces sentido el proyecto nacional que defina el rumbo que hemos de seguir, una nueva Carta Constitucional que le sirva de fundamento jurídico, un gobierno democrático, patriótico, popular, de ancha base social, capaz de emprender tal tarea de colosales exigencias.
82. ¿Cuáles son los cimientos de una Nueva Republica?
83. ¿Cómo construirlos?
84. ¿Qué es el Proyecto Nacional y por que es necesario?
85. ¿Cuáles son los elementos fundamentales del Proyecto Nacional?
86. ¿Para que una Nueva Carta Constitucional?
87. ¿Cómo conquistar un gobierno democrático, patriótico, popular, de ancha base?
88. ¿Quiénes debemos luchar por Nueva Republica, Proyecto Nacional, Nueva Constitución y Gobierno Democrático y Patriótico?
89. ¿Qué barreras debemos vencer?

Este es el verdadero trasfondo de la lucha política, ideológica y cultural en curso, que la derecha peruana y sus representantes ideológicos, políticos y mediáticos se esmeran en trastrocar recurriendo a la demagogia, la venalidad y el oportunismo político, para asegurar la continuidad del modelo neoliberal y primario exportador e impedir la victoria popular. Entonces se comprenderá por qué su táctica apunta a dividir y aislar a las fuerzas del cambio empujando a una falsa polarización entre democracia y terrorismo, además de colocarse la máscara centrista, ese amplio sector de la población en disputa que muchas veces determina los resultados electorales.
90. ¿Por qué la derecha y sus representantes ideológicos, políticos y mediáticos asumen la táctica de dividir y aislar a las fuerzas del cambio, empujando a una falsa polarización entre democracia y terrorismo?
91. ¿Qué facilidades tienen para implementar esta tactica y cómo combatirla exitosamente?

CONTINUISMO NEOLIBERAL O CAMBIO DE RUMBO
El neoliberalismo ha demostrado hasta el cansancio que no es capaz de generar industria, trabajo, ciencia y tecnología, investigación y conocimiento, tampoco un mercado nacional integrado. Enfocado en el crecimiento, no le interesa el desarrollo. Idiotizado por la “mano invisible del mercado”, su ídolo máximo, desprecia la función dirigente y reguladora del Estado y su rol social, al mismo tiempo que desconfía, teme y reprime las luchas populares. Empeñada en la ganancia fácil y rápida como anzuelo para la inversión extranjera, no acumula hacia adentro, ni industrializa, ni descentraliza la economía. Su tendencia es a la concentración de la riqueza en pocas manos, conformándose con la explotación de los recursos naturales como en la época del oro y de la plata colonial, del guano y el salitre, del caucho o de la pesca republicanos.
92. ¿Por qué el neoliberalismo no es capaz de generar industria, trabajo, ciencia y tecnología, investigación y conocimiento y tampoco un mercado nacional integrado?
93. ¿En qué debe consistir la función dirigente y reguladora del Estado y su rol social?
94. Averigüe las cifras y aspectos que reflejen la fuga de capitales en los últimos 25 años?

La apertura indiscriminada al capital extranjero, que conlleva la privatización y desnacionalización de la economía, le permite el control de los recursos estratégicos: mineros, de hidrocarburo y gas, bancario y financiero, de servicios, comercio, puertos, aeropuertos, mientras se abandona a las PYMES a su suerte. Ocho de las 10 mayores empresas del Perú son extranjeras. Entre las 500 más grandes, 266 empresas de ese origen representaban, en 2007, el 62 por ciento de las ventas del total7.
95. ¿Qué empresas transnacionales operan en el país, desde cuándo, en qué rubros y cuál es su nivel de ganancia?
96. ¿Cuál es la situación actual de las PYMES?

La monopolización de la economía es su correlato natural. La Telefónica controla el 63 por ciento del sector, LAN el 60 por ciento del movimiento de pasajeros, ALICORP, de la familia Romero, el 45, 46 y 60 por ciento del mercado de harina de trigo, fideos y aceites respectivamente. En lácteos, Gloria, monopoliza el 68 por ciento del mercado. No es distinta la situación en el sector bancario o comercial. La tendencia es a la concentración del capital y a la polarización extrema. “El Perú para las transnacionales y los ricos” puede ser la divisa de los ideólogos y representantes políticos del neoliberalismo.

El campo peruano tampoco es ajeno a la reconcentración de la propiedad de la tierra. Nuevos barones del azúcar han tomado posesión de las mejores tierras de cultivo dando origen a un nuevo neolatifundismo. Rodríguez Banda es dueño de más de 50 000 hectáreas de tierras dedicadas a la producción de caña de azúcar, extensión superior a las que en el pasado concentrara la familia Gildemeister. Es una realidad tenebrosa que marcha de la mano con la ruina de los campesinos, donde se concentra la pobreza y la extrema pobreza. La selva peruana no escapa a esta epidemia, se lotiza para entregarla a la voracidad de los grandes capitales dispuestos al saqueo, la depredación y la destrucción ambiental, arrinconando a las comunidades amazónicas. Se pretende lo mismo en la Sierra desapareciendo las comunidades campesinas.
97. ¿Cuál ha sido el proceso de reconcentración de la propiedad de la tierra en los últimos 20 años?
98. Obtenga información y el mapa donde se aprecia la lotización del territorio nacional en denuncias, concesiones y otras prerrogativas otorgadas a la voracidad de los grandes capitales?
99. Indague por esta realidad en su región.

La desregulación laboral y la desorganización social acompañan este proceso. Una sociedad desorganizada y fragmentada asegura la menor resistencia para quienes en el capitalismo ejercen el poder real, las grandes empresas. Eliminada la estabilidad laboral se ha impuesto el sistema de services sin derechos para los trabajadores, se precariza el trabajo, caen los salarios reales, acelerando con ello el debilitamiento de sus organizaciones sindicales.
100. ¿Qué es la desregulación laboral y a quién y de qué modo beneficia?

Pero el neoliberalismo no es sólo economía, es también debilitamiento del rol social del Estado, de la institucionalidad, de la democracia. Ha profundizado la crisis moral y la corrupción en la sociedad peruana, ha acentuado las condiciones en que reposa la violencia social, ha introducido el estilo lumpen y mafioso de gobierno con Montesinos y Fujimori, ahora con García, ha reforzado el cinismo y la mentira como estilo de gobierno y devaluado la educación, la cultura, los valores morales. El narcotráfico, la corrupción, la arbitrariedad, las mafias organizadas con el consentimiento oficial, son parte de este escenario.
101. ¿Cómo si ha fracasado el neoliberalismo, logra el debilitamiento del rol social del Estado, de la institucionalidad, de la democracia?
102. Haga un deslinde con el análisis que hace la derecha respecto a la corrupción y las alternativas.

Hoy se podría repetir, sin errar, las palabras de Franklin Delano Roosevelt, presidente de Estados Unidos y promotor del “Nuevo Diálogo”, en vísperas de las elecciones de 1936: “Ahora sabemos que un gobierno en manos del capital organizado es igual de peligroso que un gobierno en manos del crimen organizado”8.

Esta realidad, que protege la intolerancia, oculta la prepotencia y el miedo, que se encubre con el sonsonete de “crecimiento” y “apertura”, debe cambiar y será cambiada por la acción del pueblo unido y movilizado.
103. ¿Cómo denunciar y poner al descubierto que ni hay desarrollo verdadero y que la prepotencia y el diversionismo mediático ocultan el entreguismo y sumisión?





PERUANIZAR AL PERÚ
En el Manifiesto aprobado por el Buró Político en enero de 1992 se sostiene, con razón, y los hechos lo confirman:
104. Procura el Manifiesto de Enero 1992, estúdialo y haz un resumen del mismo, resaltando su vigencia.

“Ninguna sociedad garantizará desarrollo y progreso, bienestar y estabilidad, si no cuenta con una voluntad nacional cohesionada y con la creatividad y el ímpetu del pueblo movilizado en torno de un proyecto histórico que cree realizable. Sólo los grandes ideales que coinciden con las aspiraciones profundas de las masas populares y con las exigencias de su tiempo, que se nutren de su herencia cultural y sus valores nacionales fundamentales, que encuentran la clase y la fuerza dirigente capaz de plasmarlas, que se atreven a innovarse y abrir nuevos caminos con certidumbre y amplitud de miras, son capaces de realizar el milagro de la renovación y la transformación, de garantizar el desarrollo, el progreso y el bienestar del pueblo.

Una sociedad fragmentada como es el Perú de hoy, y una clase dominante sin más capacidad de convocatoria que el lucro desmedido y el pragmatismo utilitarista, desarraigada de su realidad y su historia, entusiasmada por la limosna foránea antes que por su capacidad de realización, está condenada a reproducir las condiciones de atraso, miseria, ruina moral y dependencia”.
105. ¿Qué comentario le suscita los párrafos referidos del Manifiesto de 1992? Refuerce su connotación con alguna experiencia concreta de su sector o jurisdicción que validen este señalamiento.

Es momento de terminar con el viejo lastre caudillista afirmando en su lugar la visión de proyecto, sumando, en expresión feliz de Arguedas, “todas las sangres”, indispensable para realizar la meta de “peruanizar al Perú”.
¡Queremos patria para todos, democracia para todos, justicia social para todos, igualdad de derechos para todos, un futuro digno y próspero para todos!

PLATAFORMA BÁSICA
Otro rumbo es necesario y es posible. La fatalidad del neoliberalismo como el único modelo económico y social, carece de sustento. ¿Qué hacer?
106. En las condiciones de la lucha política en el país, ¿Qué otro modelo económico y social anteponer al neoliberalismo?

1. La base angular del edificio: “Peruanizar al Perú”. Es decir, sentar las bases de una nación independiente, soberana, digna, integrada reconociendo su diversidad étnica y cultural, descentralizada, con identidad propia, abierta al mundo desde su realidad, de sus intereses y de sus objetivos estratégicos. Una sociedad culta y libre, con inclusión social y eliminación de la pobreza, pacífica y ordenada, de bienestar para todos, con pleno disfrute de los derechos humanos, de la solidaridad, de la paz y la justicia social, ajena a toda forma de discriminación.
107. ¿Cuáles son las bases de una nación independiente, soberana, digna, integrada reconociendo su diversidad étnica y cultural, descentralizada, con identidad propia, abierta al mundo desde su realidad, de sus intereses y de sus objetivos estratégicos?

2. Nueva República, con sustento en una nueva Carta Constitucional, organizada en torno de un proyecto nacional que delinee el rumbo a seguir en los próximos 30 años. Tanto el caudillismo como la visión de corto plazo han impedido proyectar una visión de futuro y organizar las fuerzas que permitan su realización.
108. ¿Qué trazos podríamos delinear en un rumbo, desde el Proyecto Nacional y sustentada en nueva Carta Constitucional, hacia los próximos 30 años?

3. Un nuevo Estado unitario, democrático, social, laico, plurinacional, pluricultural, descentralizado, dirigente, regulador y promotor. La democracia, además de representativa, debe ser participativa y directa, social, económica, cultural, con igualdad de derechos y oportunidades para sus integrantes.
109. ¿A que nos referimos al decir que la democracia además representativa debe ser participativa y directa, social, económica, cultural con igualdad de derechos y oportunidades para sus integrantes? Ejemplifique con una situación de su sector o jurisdicción.

4. Gobierno democrático, patriótico, de ancha base social, en la perspectiva del “gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”. Junto al voto ciudadano un pueblo unido, consciente, organizado y movilizado, con voluntad de ser gobierno y Poder.
110. ¿En que consiste y como forjar desde ahora un pueblo unido, consciente, organizado y movilizado, con volunta de ser gobierno y Poder?

5. Planificación macroeconómica que permita aprovechar las ventajas que tiene el Perú, manejar racionalmente los recursos disponibles, concentrar la atención en los sectores estratégicos y avanzar, paso a paso, a la realización del proyecto nacional. Sustituir el coyunturalismo, la improvisación y la anarquía, por una visión estratégica, de mediano y largo plazo, a la que se subordinen los pasos tácticos y parciales.

6. La economía estará al servicio del ser humano y la nación. Implica sentar las bases de una economía independiente, autocentrada, solidaria, ecológicamente sustentable y sostenible en el tiempo, promotora de la industrialización y la competitividad, de la investigación, la ciencia y la tecnología, de la soberanía alimentaria, de la generación de fuentes de trabajo, que recupere la soberanía sobre sus recursos naturales, impulsora del desarrollo armonioso entre las regiones que cierre el ciclo del centralismo económico. Afirmamos el rol promotor, regulador y orientador del Estado, que no desconoce el mercado y su importancia, la inversión externa ajustada a la estrategia de desarrollo nacional y la protección del medio ambiente, ni las diversas formas de propiedad (privada, estatal, mixta, cooperativa). El Estado concertará planes y programas de crecimiento con los principales actores económicos y sociales. Renegociación de la deuda externa incrementada ilegalmente por mal manejo de gobiernos corruptos y elevación arbitraria de intereses de parte de los acreedores. Mercado interno desarrollado y apertura al exterior con relaciones justas y equitativas.
111. ¿A que llamamos economía autocentrada?
112. ¿Qué es soberanía alimentaria y cómo obtenerla y defenderla?
113. Frente al centralismo ¿cuál es nuestra propuesta?
114. ¿Cuáles serian los principales actores económicos y sociales a que se refiere el Manifiesto?

7. Asumimos la bandera de la justicia social. Sin equidad social la democracia política será formal. Es inaceptable la exclusión de millones de compatriotas colocados fuera del mercado, del movimiento cultural, técnico y científico, sin acceso a una educación y salud de calidad, a la seguridad social, al trabajo con salarios dignos.
115. ¿Qué es equidad social?

8. Descentralización con desarrollo económico y social. El centralismo político y económico permite que las regiones del interior perpetúen el atraso, no se integren al mercado nacional ni aprovechen sus potencialidades y la iniciativa de su gente. Explica también la migración masiva de sus habitantes y el crecimiento hipertrofiado de la Capital de la República. Lima sigue siendo el gran mercado mientras las regiones del interior conviven con el atraso, la desindustrialización, condenadas a la explotación de sus recursos naturales sin control sobre ellos. Necesitamos una verdadera descentralización económica, productiva, política, social y cultural, indispensables para el desarrollo multiforme del país.
116. ¿Qué potencialidades tiene la región donde trabajas políticamente?
117. ¿Cuál es la estructura poblacional de la capital de la república?

9. El factor cohesionador de la sociedad son sus valores éticos y morales. Necesitamos construir una cultura fundada en valores: solidaridad, patriotismo, honestidad, culto por el trabajo, respeto a la persona, transparencia, dignidad, convivencia sana con el medio ambiente. La lucha contra toda forma de corrupción, de comportamiento prepotente y mafioso, de violencia contra la mujer y la niñez, contra la demagogia y la mentira de quienes ejercen el poder, debe comprometer a gobernantes y gobernados. Se necesita construir una nueva cultura política y ética que implique una verdadera regeneración moral de la sociedad y una auténtica identidad cultural nacional.
118. Reúne datos informativos, recortes periodísticos referidos a la corrupción de los regimenes Fujimori, Toledo, Alan García.
119. Haz un listado con las ofertas electorales formuladas por Alan García el 2006 y evalúalas a la luz de la realidad.
120. Obtén datos acerca de la violencia contra la mujer y la niñez, nacional y jurisdiccionalmente.
121. ¿Que elementos encierra nuestra propuesta de regeneración moral y cómo se la forjaría?
122. ¿Qué características o aspectos comprende una autentica identidad cultural nacional?
123. ¿Cómo trabajar lo relacionado a la identidad cultural nacional a partir de tu realidad jurisdiccional?

10. Educación y salud pública, universal, de calidad, gratuita, para todos, son derechos obligatorios que el Estado debe garantizar como una de sus responsabilidades fundamentales. Entenderlos, además, como factores de desarrollo económico, progreso social y elevación cultural. Implica, igualmente, priorizar la ciencia, la tecnología, la investigación y el conocimiento. Eliminar el analfabetismo. Aspiramos a una sociedad de hombres y mujeres cultos, a la conquista “del pan y la belleza”9, la condición fundamental para ser libres.
124. ¿Por qué la educación y la salud son derechos que el Estado debe garantizar como una de sus responsabilidades fundamentales?
125. Reúne información referida a educación y salud de los últimos 5 años.
126. Compara los presupuestos asignados a ciencia, investigación y tecnología, los últimos 10 años en los países de América Latina, Cuba, USA, Europa, China.

11. Defensa y protección del medio ambiente. Reconocimiento de los derechos que corresponden a las comunidades indígenas amazónicas y andinas. Forjar una cultura que permita la relación estrecha entre los seres humanos y su entorno ambiental. La desatención del tema ambiental, el saqueo y depredación de los recursos naturales en nombre del crecimiento, atentan contra el desarrollo y el futuro de las nuevas generaciones.
127. ¿Cuántas comunidades indígenas amazónicas y andinas existen en nuestro país?
128. En un mapa del Perú, ubica las principales comunidades indígenas y amazónicas del país.
129. Haz un listado de los principales problemas relacionados al medioambiente y utilización de los recursos naturales en el país.

12. Soberanía y seguridad alimentaria, apoyo decidido a los pequeños y medianos productores, créditos oportunos y capacitación técnica, mercado seguro y precios justos para sus productos. Creación del Banco Agrario. Promoción de la organización cooperativa basada en la libre asociación de los campesinos y propietarios rurales. Impedir la concentración y monopolización de la propiedad de la tierra. Protección de las comunidades campesinas y amazónicas fomentando su desarrollo y la mejora constante de las condiciones de vida de sus habitantes.
130. ¿Qué productos alimenticios produce el país y cuales se importa, en que cantidades anuales, cual es su valor nutricional y de donde provienen?
131. Reúne información sobre la marcha del programa Sierra Exportadora.
132. Respecto al manejo del recurso agua, ¿qué opciones se presentan?
133. Indaga acerca del proceso de reconcentración de las tierras. ¿Qué caso existe en tu región o cercana a ella?

13. Promover la industrialización y el procesamiento de los recursos naturales, el aprovechamiento racional del potencial energético. Impulsar el turismo. Apoyar con fuerza las PYMES e impedir la concentración monopólica y los privilegios hoy dominantes. Apoyo crediticio, técnico, y capacitación a los pequeños y medianos empresarios.
134. ¿Qué tipo de industrias existen en el país? ¿Cuáles en tu jurisdicción?
135. ¿Incremento o decremento de las PYMES?

14. Reconocimiento de los derechos de sindicalización, estabilidad laboral, negociación colectiva por rama. Eliminación de los services. Salarios justos, capacitación técnica, ocho horas de trabajo como máximo, derechos de jubilación y pensionarios dignos. Eliminación de todas las formas de discriminación laboral, social, étnica, de género, de credo, cultural. Libre desafiliación de las AFP sin restricciones.
136. Maneje cifras de la PEA, del nivel de empleo y de los trabajadores sindicalizados, a nivel nacional y de su jurisdicción.
137. ¿Cuánto es el monto de la canasta básica familiar? ¿Cuáles son los montos de las remuneraciones del sector público y privado?

15. Promoción de la mujer y la juventud para su plena integración al empleo, a la actividad cultural y política. Protección de la maternidad, de la niñez y la ancianidad.
138. Datos de la población juvenil y femenina en los ámbitos laboral, cultural y político.
139. Datos de morbi mortalidad materna e infantil y expectativa de vida, en el país y la región.

16. Elevación de las condiciones de vida de la población derrotando la pobreza, en especial la extrema pobreza, implementando políticas generadoras de fuentes de trabajo, mejorando los ingresos familiares. Afianzar la autoconfianza y autoestima de los trabajadores y el pueblo en general.
140. Mapa de la pobreza en el Perú.

17. El Estado reconocerá la existencia de los Pueblos y Comunidades Indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas, religiones y derechos originarios sobre las tierras que ancestralmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Los Pueblos Indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, su espiritualidad, sus valores, sus lugares sagrados y de culto, participando en la vida económica y social del país.

18. Redimensionamiento de las Fuerzas Armadas y Policiales, preservando su carácter institucional y profesional, subordinadas al Poder Civil, que garanticen la soberanía e integridad territorial, alcancen la capacidad disuasiva necesaria, salvaguarden el orden democrático, la seguridad ciudadana, los Derechos Humanos, y contribuyan al desarrollo nacional. Sueldos y condiciones de vida dignos para sus integrantes.

19. El Estado está en la obligación de garantizar seguridad y tranquilidad a la población. Lucha frontal, con recursos y medios del Estado y la participación ciudadana, contra toda forma de violencia social, corrupción, narcotráfico, bandas criminales. Las Rondas campesinas del Norte del país han demostrado que es posible eliminar el bandolerismo, el abuso, la violencia familiar, la arbitrariedad de las autoridades, recurriendo a la organización independiente y democrática de la población, a la unidad y la disciplina consciente de los pobladores.
141. Lugares donde existen rondas campesinas y correlato con estadísticas de los delitos que atentan contra la seguridad y tranquilidad de la población.

20. Integración latinoamericana y caribeña, fundada en el beneficio recíproco, el respeto a la soberanía de los países, la complementariedad, la cooperación, la solidaridad, factores necesarios para alcanzar la plena independencia y soberanía. Pues en un mundo globalizado, hegemonizado por pocos países desarrollados, los países subdesarrollados se encuentran en seria desventaja y siempre son víctimas de los poderosos. De allí la importancia estratégica de la integración.
142. ¿Cuál es nuestro concepto de integración?
143. ¿Qué mecanismos de integración se han establecido para América Latina?
144. Resuma características, avances, proyectos en marcha y cronología de ALBA.

21. Prevención de la corrupción (transparencia en la gestión el Estado y los gobiernos nacional, regional y local, rendición de cuentas por resultados, vigilancia ciudadana). Legislación especial y sanción drástica a corruptos y corruptores. Formación de valores dentro y fuera de la escuela, de una nueva cultura política y ética. Redes de control ciudadano contra la corrupción.

22. Política internacional independiente, basada en los principios de soberanía, integridad territorial, autodecisión, no agresión, no intervención en los asuntos internos de los países, solución de disputas a través de negociaciones pacíficas. Igualdad y beneficio recíproco en las relaciones entre estados y países. Aspiramos a un mundo de paz, no de guerra. Dominio marítimo sobre las 200 millas adyacentes a la costa peruana.

NUESTRA BANDERA ES EL SOCIALISMO
Otro mundo es posible. Capitalismo o socialismo, en síntesis genial de José Carlos Mariátegui, sigue siendo el problema de nuestro tiempo. El capitalismo ya cumplió su ciclo histórico. No puede ofrecer más de lo que ya se conoce y sufre. El socialismo, por el contrario, es una fuerza naciente, llena de vigor y de potencialidades. Los reveses sufridos en la Unión Soviética y Europa Oriental son el resultado de graves errores y desviaciones, corregibles y superables en las nuevas experiencias a construir, no el fin de la historia que anunciaron los agoreros a sueldo del capitalismo.
145. ¿Por que capitalismo o socialismo sigue siendo el problema de nuestro tiempo?
146. ¿A que se refiere que el capitalismo ya cumplió su ciclo histórico?
147. ¿Cuales son los graves errores y desviaciones que llevaron a los reveses sufridos en la Unión Soviética y Europa Oriental?
148. ¿De que manera se pueden corregir, superar o evitarlos en las nuevas experiencias a construir.

Nuestra meta es el socialismo. Aspiramos a construir una sociedad socialista que corresponda a las condiciones del Perú, que no sea “calco ni copia”, sí “creación heroica”, que elimine la explotación del hombre por el hombre, termine con la polarización social, construya una sociedad con bienestar, libertad y derechos iguales para todos. Este es un objetivo irrenunciable e inconfundible. Un proyecto de largo plazo y un ideal. Un compromiso escrito con la sangre de muchos hombres y mujeres que apostaron por él. Defenderlo y luchar sin descanso por hacerlo realidad, junto a los trabajadores y el pueblo peruano, representa el más alto honor y la más elevada dignidad.
149. ¿Que características tendría la sociedad socialista que corresponda a las condiciones del Perú?
150. ¿Que significa construir una sociedad con bienestar, libertad y derechos iguales para todos?
151. ¿Por que el socialismo es un proyecto de largo plazo y un ideal?

En oposición al capitalismo que necesita pueblos domesticados para perpetuar su dominio, la revolución y el socialismo se sustentan en la iniciativa creadora del pueblo trabajador, es fruto de su fuerza moral y el despliegue de su inteligencia, de su conciencia, unidad, disciplina y organización, de su capacidad de lucha para conquistar y construir el futuro que sueña.
152. ¿Por que el capitalismo necesita pueblos domesticados para perpetuar su dominio? ¿De que maneras lo hace?
153. ¿A que nos referimos con la iniciativa creadora del pueblo trabajador? ¿Cómo la reconocemos y promovemos?
154. ¿Cuál es la fuerza moral del pueblo?

Nos sentimos orgullosos de ser comunistas, continuadores de la obra y el pensamiento de José Carlos Mariátegui, de Lenin y Carlos Marx, herederos de millones de combatientes que lucharon por el mismo ideal en toda la faz del planeta. Esta es nuestra trinchera. De aquí nadie nos mueve.
155. ¿Qué significa ser comunista?
156. ¿Por qué somos comunistas?
157. ¿Quién es José Carlos Mariategui? ¿Cuál es su obra y pensamiento?
158. ¿Quién es Lenin? ¿Cuál es su obra y pensamiento?
159. ¿Quién es Marx? ¿Cuál es su obra y pensamiento?

Pero no confundimos las tareas de hoy con las de mañana, la realidad concreta con los sueños a realizar.
160. ¿Qué es no confundir las tareas de hoy con las del mañana? ¿Cómo logramos ello?


LLAMAMIENTO FINAL
Pese a incomprensiones, temores infundados o prejuicios alimentados por los adversarios de quienes propugnamos cambios fundamentales en la sociedad y el Estado peruanos, persistiremos en la lucha por la unidad. Sin ella, dispersos, nunca se tendrá la fuerza para avanzar y para incorporar a grandes sectores del pueblo peruano en esta batalla histórica.
161. En la particularidad de su ámbito, ¿Qué factores traban la forja y concreción de la Gran Unidad para el Gran Cambio?

La gran unidad para el gran cambio sigue siendo la bandera fundamental a construir, no sólo para defender los derechos de los trabajadores y el pueblo, también para llegar al gobierno y para gobernar con éxito. Unidad de las izquierdas, el nacionalismo y el progresismo, de los trabajadores, de la juventud, de la mujer, de la intelectualidad, de las comunidades quechua, aymara y amazónica, de los pequeños y medianos empresarios. En suma, de quienes se resisten a ser triturados por el capitalismo salvaje y vendepatria que es el neoliberalismo. Unidad forjada en torno de una plataforma común, desde las bases y desde las direcciones políticas, sindicales, populares, culturales.
162. ¿Con que otros sectores, además de los mencionados, se pueden vertebrar la gran unidad… en el país y en tu jurisdicción?

No tenemos enemigos en el seno del pueblo. Estamos abiertos al diálogo, pero también convencidos de la urgencia de actuar. No nos consumamos en discusiones estériles, en ataques mezquinos, en desconfianzas mutuas, ni le hagamos el juego a los sectarios y estrechos de mentalidad que nunca entenderán el valor de la unidad ni los enormes retos que tenemos por delante.

En este esfuerzo nada nos une al aventurerismo senderista ni a los provocadores de oficio. Los hechos han dado ya su veredicto. “Haciendo camino al andar” vamos descubriendo nuestro propio camino.

Las elecciones regionales y municipales es un primer reto. El fortalecimiento del movimiento sindical, popular y cultural, el segundo. Las elecciones generales del año próximo serán la prueba de fuego para demostrar que las fuerzas del cambio han madurado e ingresado en el escenario grande para ganar la batalla y abrir un nuevo curso para el Perú. La derecha, con García a la cabeza, hará lo imposible para impedir una victoria popular. Si bien postulan varios aspirantes a palacio de gobierno cubiertos con el manto de un centro político oportunistamente construido para pescar incautos, los une un objetivo común: la defensa del neoliberalismo, de sus privilegios, políticas y métodos excluyentes.

La derecha ni el APRA son invencibles. Pueden ser derrotados si nos atrevemos a unir a la inmensa mayoría y a luchar con voluntad de victoria. Hay que salvar al Perú del desastre que le deparan.

¡La victoria popular es posible! ¡No se espera ni mendiga, se la construye! ¡Seamos capaces de hacerla realidad!

Lima, 6 de febrero de 2010.

NOTAS
1) Naciones Unidas. La competitividad internacional. Introducción. Marzo de 1997.
2) Informe al VIII Congreso del Partido Comunista del Perú - Patria Roja
3) Citado por Atilio Boron en “El nuevo orden imperial y como desmontarlo”. Agosto 2001
4) Peter F Klarén. Nación y sociedad en la historia del Perú, Pág. 15. IEP. 2004
5) Jorge Basadre. Perú: problema y posibilidad. Tercera edición. Pág. 315
6) Heraclio Bonilla. La trayectoria del desencanto, Pág. 89. Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. 2009.
7) Américaeconomía, noviembre de 2008.
8) Citado por Paul Krugman, Premio Nobel de economía 2009, en su libro “Después de Bush”, Pág. 71, edición en español de 2008.
9) José Carlos Mariátegui. La escena contemporánea, pág. 158. Empresa Editora Amauta.
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sábado, 22 de mayo de 2010

MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA (KARL MARX)


Manifiesto del Partido Comunista
Karl Marx

Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.

¿Qué partido de oposición no ha sido motejado de comunista por sus adversarios en el Poder? ¿Qué partido de oposición a su vez, no ha lanzado, tanto a los representantes más avanzados de la oposición como a sus enemigos reaccionarios, el epíteto zahiriente de comunista?

De este hecho resulta una doble enseñanza:

Que el comunismo está ya reconocido como una fuerza por todas las potencias de Europa.

Que ya es hora de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus aspiraciones; que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto del propio Partido.

Con este fin, comunistas de diversas nacionalidades se han reunido en Londres y han redactado el siguiente Manifiesto, que será publicado en inglés, francés, alemán, italiano, flamenco y danés.

I

Burgueses y Proletarios[1][1]

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días[2][2] es las luchas de clases.

Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros[3][3] y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes.

En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa división de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, además, en casi todas estas clases todavía encontramos gradaciones especiales.

La moderna sociedad burguesas, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.

Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.

De los siervos de la Edad Media surgieron los villanos libres de las primeras ciudades; de este estamento urbano salieron los primeros elementos de la burguesía.

El descubrimiento de América y la circunnavegación de África ofrecieron a la burguesía en ascenso un nuevo campo de actividad. Los mercados de las Indias y de China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la multiplicación de los medios de cambio y de las mercancías en general imprimieron al comercio, a la navegación y a la industria un impulso hasta entonces desconocido, y aceleraron, con ello, el desarrollo del elemento revolucionario de la sociedad feudal en descomposición.

El antiguo modo de explotación feudal o gremial de la industria ya no podía satisfacer la demanda, que crecía con la apertura de nuevos mercados. Vino a ocupar su puesto la manufactura. La clase media industrial suplantó a los maestros de los gremios; la división del trabajo entre las diferentes corporaciones desapareció ante la división del trabajo en el seno del mismo taller.

Pero los mercados crecían sin cesar la demanda iba siempre en aumento. Ya no bastaba tampoco la manufactura. El vapor y la máquina revolucionaron entonces la producción industrial. La gran industria moderna sustituyó a la manufactura; el lugar de la clase media industrial vinieron a ocuparlo los industriales millonarios jefes de verdaderos ejércitos industriales, —los burgueses modernos.

La gran industria ha creado el mercado mundial ya preparado por el descubrimiento de América. El mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, de la navegación y de todos los medios de transporte por tierra. Este desarrollo influyó a su vez en el auge de la industria, y a medida que se iban extendiendo la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, desarrollábase la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo término a todas las clases legadas por la Edad Media.

La burguesía moderna, como vemos, es por sí misma fruto de un largo proceso de desarrollo, de una serie de revoluciones en el modo de producción y de cambio.

Cada etapa de la evolución recorrida por la burguesía ha ido acompañada del correspondiente éxito político[4][4]. Estamento oprimido bajo la dominación de los señores feudales; asociación armada y autónoma en la comuna[5][5]; en unos sitios, República urbana independiente; en otros, tercer estado tributario de la monarquía[6][6]; después durante el periodo de la manufactura, contrapeso de la nobleza en las monarquías feudales o absolutas y, en general, piedra angular de las grandes monarquías, la burguesía, después del establecimiento de la gran industria y del mercado universal, conquistó finalmente la hegemonía exclusiva del Poder político en el Estado representativo moderno. El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.

La burguesía ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario.

Dondequiera que ha conquistado el Poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus “superiores naturales” las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel “pago al contado”. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple – valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y bien adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal.

La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al sabio, los ha convertido en sus servidores asalariados.

La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las redujo a simples relaciones de dinero.

La burguesía ha revelado que la brutal manifestación de fuerza en la Edad Media, tan admirada por la reacción, tenía su complemento natural en la más relajada holgazanería. Ha sido ella la que primero ha demostrado lo que puede realizar la actividad humana; ha creado maravillas muy distintas a las pirámides de Egipto, a los acueductos romanos y a las catedrales góticas, y ha realizado campañas muy distintas a los éxodos de los pueblos y a las Cruzadas.

La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases industriales precedentes. Una revolución continua en la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores.[7][7] Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes de haber podido osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profano, y los hombres al fin se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.

Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecer en todas partes, crear vínculos en todas partes.

Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo. En lugar de las antiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos. En lugar del antiguo aislamiento de las regiones y naciones que se bastaban a sí mismas, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día más imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal.

Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza.


La burguesía ha sometido el campo al dominio de la ciudad. Ha creado urbes inmensas; ha aumentado enormemente la población de las ciudades en comparación con la del campo, substrayendo una gran parte de la población al idiotismo de la vida rural. Del mismo modo que ha subordinado el campo a la ciudad, ha subordinado los países bárbaros o semibárbaros a los países civilizados, los pueblos campesinos a los pueblos burgueses, el Oriente al Occidente.

La burguesía suprime cada vez más el fraccionamiento de los medios de producción, de la propiedad y de la población. Ha aglomerado la población, centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en manos de unos pocos. La consecuencia obligada de ello ha sido la centralización política. Las provincias independientes, ligadas entre sí casi únicamente por lazos federales, con intereses, leyes, gobiernos y tarifas aduaneras diferentes, han sido consolidadas en una sola nación, bajo un solo gobierno, una sola ley, un solo interés nacional de clase y una sola línea aduanera.

La burguesía, con su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas. El sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de las máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura, la navegación de vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la adaptación para el cultivo de continentes enteros, la apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras surgiendo por encanto, como si salieran de la tierra. ¿Cuál de los siglos pasados pudo sospechar siquiera que semejantes fuerzas productivas dormitasen en el seno del trabajo social?

Hemos visto, pues, que los medios de producción y de cambio, sobre cuya base se ha formado la burguesía, fueron creados en la sociedad feudal. Al alcanzar un cierto grado de desarrollo estos medios de producción y de cambio, las condiciones en que la sociedad feudal producía y cambiaba, toda la organización feudal de la agricultura y de la industria manufacturera, en una palabra, las relaciones feudales de propiedad, cesaron de corresponder a las fuerzas productivas ya desarrolladas. Frenaban la producción en lugar de impulsarla[8][8]. Se transformaron en otras tantas trabas. Era preciso romper esas trabas, y se rompieron.

En su lugar se estableció la libre concurrencia, con una constitución social y política adecuada a ella y con la dominación económica y política de la clase burguesa.

Ante nuestros ojos se está produciendo un movimiento análogo. Las relaciones burguesas de producción y de cambio, las relaciones burguesas de propiedad, toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros. Desde hace algunas décadas la historia de la industria y del comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su dominación. Basta mencionar las crisis comerciales que, con su retorno periódico, plantean en forma cada vez más amenazante, la cuestión de la existencia de toda la sociedad burguesa. Durante cada crisis comercial se destruye sistemáticamente, no sólo una parte considerable de productos elaborados, sino incluso de las mismas fuerzas productivas ya creadas. Durante las crisis, una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera aparecido absurdo, se extiende sobre la sociedad la epidemia de la superproducción. La sociedad se encuentra súbitamente retrotraía a un estado de barbarie momentánea: diríase que el hambre, que una guerra devastadora mundial la ha privado de todos sus medios de subsistencia; la industria y el comercio parecen aniquilados. Y todo eso, ¿por qué? porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiados medios de vida, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone no sirven ya al desarrollo de la civilización burguesa y[9][9] de las relaciones de propiedad burguesas; por el contrario, resultan ya demasiado poderosas para estas relaciones, que constituyen un obstáculo para su desarrollo; y cada vez que las fuerzas productivas salvan este obstáculo precipitan en el desorden a toda la sociedad burguesa y amenazan la existencia de la propiedad burguesa. Las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno. ¿Cómo vence esta crisis la burguesía? De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos. ¿De qué modo lo hace, entonces? Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas.

Las armas de que se sirvió la burguesía para derribar al feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía.

Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñaron esas armas: los obreros modernos, los proletarios.

En la misma proporción en que se desarrollo la burguesía, es decir, el capital, desarróllase también el proletariado, la clase de los obreros modernos, que no viven sino a condición de encontrar trabajo, y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital. Estos obreros, obligados a venderse al detal, son una mercancía como cualquier otro artículo de comercio, sujeta, por tanto, a todas las vicisitudes de la competencia, a todas las fluctuaciones del mercado.

El creciente empleo de las máquinas y la división del trabajo quitan al trabajo del proletario todo carácter substantivo y le hacen perder con ello atractivo para el obrero. Este se convierte en un simple apéndice de la máquina, y sólo se le exigen las operaciones más sencillas, más monótonas y de más fácil aprendizaje. Por tanto, lo que cuesta hoy día al obrero se reduce poco más o menos a los medios de subsistencia indispensables para vivir y para perpetuar su linaje. Pero el precio del trabajo[10][10], como el de toda mercancía, es igual a su coste de producción por consiguiente, cuanto más fastidioso resulta el trabajo, más bajos los salarios. Más aún, cuanto más se desenvuelven el maquinismo y la división del trabajo, más aumenta la cantidad de trabajo[11][11] bien mediante la prolongación de la jornada, bien por el aumento de trabajo exigido en un tiempo dado, la aceleración del movimiento de las máquinas, etcétera

La industria moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. Como soldados rasos de la industria, están colocados bajo la vigilancia de una jerarquía completa de oficiales y suboficiales. No son solamente esclavos de la clase burguesa, del Estado burgués, sino diariamente, a todas horas, esclavos de la máquina, del capataz y, sobre todo, del patrón de la fábrica. Y este despotismo es tanto más mezquino, odioso y exasperante, cuanto mayor es la franqueza con que se proclama que no tiene otro fin que el lucro.

Cuanto menos habilidad y fuerza requiere el trabajo manual, es decir, cuanto mayor es el desarrollo de la industria moderna, mayor es la proporción en que el trabajo de los hombres es suplantado por el de las mujeres y los niños. Por lo que respecta a la clase obrera, las diferencias de edad y sexo pierden toda significación social. No hay más que instrumentos de trabajo, cuyo costo varia según la edad y el sexo.

Una vez que el obrero ha sufrido la explotación del fabricante y ha recibido su salario en metálico, se convierte en víctima de otros elementos de la burguesía: el casero, el tendero, el prestamista, etcétera

Pequeños industriales, pequeños comerciantes y rentistas. Artesanos y campesinos, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo, caen en las filas del proletariado; unos, porque sus pequeños capitales no les alcanzan para acometer grandes empresas industriales y sucumben en la competencia con los capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad profesional se ve despreciada ante los nuevos métodos de producción. De tal suerte, el proletariado se recluta entre todas las clases de la población. El proletariado pasa por diferentes etapas de desarrollo. Su lucha contra la burguesía comienza con su surgimiento.

Al principio, la lucha es entablada por obreros aislados, después, por los obreros de una misma fábrica, más tarde, por los obreros del mismo oficio de la localidad contra el burgués aislado que los explota directamente. No se contentan con dirigir sus ataques contra las relaciones burguesas de producción, y los dirigen contra los mismos instrumentos de producción[12][12]: destruyen las mercancías extranjeras que les hacen competencia, rompen las máquinas, incendian las fábricas, intentan reconquistar por la fuerza la posición perdida del trabajador de la Edad Media.

En esta etapa, los obreros forman una masa diseminada por todo el país y disgregada por la competencia. Si los obreros forman en masas compactas, esta acción no es todavía la consecuencia de su propia unidad, sino de la unidad de la burguesía, que para alcanzar sus propios fines políticos debe —y por ahora aún puede— poner en movimiento a todo el proletariado. Durante esta etapa, los proletarios no combaten, por tanto, contra sus propios enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos, es decir, contra los vestigios de la monarquía absoluta, los propietarios territoriales, los burgueses no industriales y los pequeños burgueses. Todo el movimiento histórico se concentra, de esta suerte, en manos de la burguesía; cada victoria alcanzada en estas condiciones es una victoria de la burguesía.

Pero la industria, en su desarrollo, no sólo acrecienta el número de proletarios, sino que los concentra en masas considerables; su fuerza aumenta y adquiere mayor conciencia de la misma. Los intereses y las condiciones de existencia de los proletarios se igualan cada vez más a medida que la máquina va borrando las diferencias en el trabajo y reduce el salario, casi en todas partes, a un nivel igualmente bajo. Como resultado de la creciente competencia de los burgueses entre sí y de las crisis comerciales que ella ocasiona, los salarios son cada vez más fluctuantes; el constante y acelerado perfeccionamiento de la máquina coloca al obrero en situación cada vez más precaria; las colisiones individuales entre el obrero y el burgués adquieren más y más el carácter de colisiones entre dos clases. Los obreros empiezan a formar coaliciones[13][13] contra los burgueses y actúan en común para la defensa de sus salarios. Llegan hasta formar asociaciones permanentes para choques circunstanciales. Aquí y allá la lucha estalla en sublevación.

A veces los obreros triunfan; pero es un triunfo efímero. El verdadero resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unión cada vez más extensa de los obreros. Esta unión es favorecida por el crecimiento de lo medios de comunicación creados por la gran industria y que ponen en contacto a los obreros de diferentes localidades. Y basta ese contacto para que las numerosas luchas locales, que en todas partes revisten el mismo carácter, se centralicen en una lucha nacional, en una lucha de clases. Más toda lucha de clases es una lucha política. Y la unión que los habitantes de las ciudades de la Edad Media, con sus caminos vecinales, tardaron siglos en establecer, los proletarios modernos, con los ferrocarriles, la llevan a cabo en unos pocos años.

Esta organización del proletariado en clase, y, por tanto, en partido político, es sin osar socavada por la competencia entre los propios obreros. Pero surge de nuevo, y siempre más fuerte, más firme, más potente. Aprovecha las disensiones intestinas de los burgueses para obligarles a reconocer por la ley algunos intereses de la clase obrera; por ejemplo, la ley de la jornada de diez horas en Inglaterra.

En general, las colisiones en la vieja sociedad favorecen de diversas maneras el proceso de desarrollo del proletariado. La burguesía vive en lucha permanente. Al principio, contra la aristocracia; después, contra aquellas fracciones de la misma burguesía, cuyos intereses entran en contradicción con los
progresos de la industria, y siempre, en fin, contra la burguesía de todos los demás países. En todas estas luchas se ve forzada a apelar al proletariado, a reclamar su ayuda y a arrastrarle así el movimiento político. De tal manera, la burguesía proporciona a los proletarios los elementos de su propia educación
[14]
[14], es decir, armas contra ella misma.

Además, como acabamos de ver, el progreso de la industria precipita en las filas del proletariado a capas enteras de la clase dominante, o al menos las amenazas en sus condiciones de existencia. También ellas aportan al proletariado numerosos elementos de educación.[15][15]

Finalmente, en los periodos en que la lucha de clases se acerca a su desenlace, el proceso de desintegración de la clase dominante, de toda la vieja sociedad, adquiere un carácter tan violento y tan patente que una pequeña fracción de esa clase reniega de ella y se adhiere a la clase revolucionaria, a la clase en cuyas manos está el “porvenir. Y así como antes una parte de la nobleza se pasó a la burguesía, en nuestros días un sector de la burguesía se pasa al proletariado, particularmente ese sector de los ideólogos burgueses que se han elevado teóricamente hasta la comprensión del conjunto del movimiento histórico.

De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar.

Las capas medias —el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el campesino—, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda de la Historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado.

El lumpen proletariado, ese producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la vieja sociedad. Puede a veces ser arrastrado al movimiento por una revolución proletaria; sin embargo, en virtud de todas sus condiciones de vida está más bien dispuesto a venderse a la reacción para servir a sus maniobras.

Las condiciones de existencia de la vieja sociedad están ya abolidas en las condiciones de existencia del proletariado. El proletariado no tiene propiedad; sus relaciones con la mujer y con los hijos no tienen nada de común con las relaciones familiares burguesas; el trabajo industrial moderno, el moderno yugo del capital, que es el mismo en Inglaterra que en Francia, en Norteamérica que en Alemania, despoja al proletariado de todo carácter nacional. Las leyes, la moral, la religión, son para él meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía.


Todas las clases que en el pasado lograron hacerse dominantes, trataron de consolidar la situación adquirida sometiendo a toda sociedad a las condiciones de su modo de apropiación. Los proletarios no pueden conquistar las fuerzas productivas sociales, sino aboliendo su propio modo de apropiación en vigor, y, por tanto, todo modo de apropiación existente hasta nuestros días. los proletarios no tienen nada que salvaguardar; tienen que destruir todo lo que hasta ahora ha venido garantizando y asegurando la propiedad privada existente.

Todos los movimientos han sido hasta ahora realizados por minorías o en provecho de minorías. El movimiento proletario es el movimiento independiente[16][16] de la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría. El proletariado, capa inferior de la sociedad actual; no puede levantarse, no puede enderezarse, sin hacer saltar toda la superestructura formada por las capas de la sociedad oficial.

Por su forma, aunque no por su contenido, la lucha del proletariado contra la burguesía es primeramente una lucha nacional. Es natural que el proletariado de cada país debe acabar en primer lugar con su propia burguesía.

Al esbozar las fases más generales del desarrollo del proletariado, hemos seguido el curso de la guerra civil más o menos oculta que se desarrolla en el seno de la sociedad existente, hasta el momento en que se transforma en una revolución abierta, y el proletariado, derrocando por la violencia a la burguesía, implanta su dominación.

Todas las sociedades anteriores, como hemos visto, han descansado en el antagonismo entre clases opresoras y oprimidas. Mas para oprimir a una clase, es preciso asegurarle unas condiciones que le permitan, por lo menos, arrastrar su existencia de esclavitud. El siervo, en pleno régimen de servidumbre, llegó a miembro de la comuna, lo mismo que el pequeño burgués llegó a elevarse a la categoría de burgués bajo el yugo del absolutismo feudal. El obrero moderno, por el contrario, lejos de elevarse con el progreso de la industria, desciende siempre más y más por debajo de las condiciones de vida de su propia clase. El trabajador cae en la miseria, y el pauperismo crece más rápidamente todavía que la población y la riqueza. Es, pues evidente que la burguesía ya no es capaz de seguir desempeñando el papel de clase dominante de la sociedad ni de imponer a ésta, como ley reguladora, las condiciones de existencia de su clase. No es capaz de dominar, porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque se ve obligada a dejarle decaer hasta el punto de tener que mantenerle, en lugar de ser mantenida por él. La sociedad ya no puede vivir bajo su dominación; lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es, en lo sucesivo incompatible con la de la sociedad.

La condición esencial de la existencia y de la dominación de la clase burguesa es la acumulación de la riqueza en manos de particulares[17][17] la formación y el acrecentamiento del capital. La condición de existencia del capital es el trabajo asalariado. El trabajo asalariado descansa exclusivamente sobre la competencia de los obreros entre sí. El progreso de la industria, del que la burguesía, incapaz de oponérsele, es agente involuntario, sustituye el aislamiento de los obreros, resultante de la competencia, por su unión revolucionaria mediante la asociación. Así, el desarrollo de la gran industria socava bajo los pies de la burguesía las bases sobre las que ésta produce y se apropia lo producido. La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables.

II

Proletarios y Comunistas

¿Qué relación mantienen los comunistas con respecto a los proletarios en general?.

Los comunistas no forman un partido aparte, opuesto a los otros partidos obreros.

No tienen intereses algunos que no sean los intereses del conjunto del proletariado.

No proclaman principios especiales[18][18] a los que quisieran amoldar el movimiento proletario.

Los comunistas sólo se distinguen de los de más partidos proletarios en que, por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, destacan y hacen valer los interese comunes a todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad; y, por otra parte, en que, en las diferentes fases de desarrollo porque pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía, representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto.

Prácticamente, los comunistas son, pues, el sector más resuelto[19][19] de los partidos obreros de todos los países, el sector que siempre impulsa adelante a los demás; teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones, de la marcha y de los resultados generales del movimiento proletario.

El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el de todos los demás partidos proletarios: constitución de los proletarios en clase, derrocamiento de la dominación burguesa, conquista del Poder político por el proletariado.

Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo.

No son sino la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existentes, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. La abolición de las relaciones de propiedad existentes desde antes no es una característica peculiar y exclusiva del comunismo.

Todas las relaciones de propiedad han sufrido constantes cambios históricos, continuas transformaciones históricas.

La revolución francesa, por ejemplo, abolió la propiedad feudal en provecho de la propiedad burguesa.

El rasgo distintivo del comunismo no es abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa.

Pero la propiedad privada actual, la propiedad burguesa, es la última y más acabada expresión del modo de producción y de apropiación de lo producido basado en los antagonismos de clase, en la explotación de los unos por los otros.[20][20]

En este sentido los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única: abolición de la propiedad privada.

Se nos ha reprochado a los comunistas el querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa propiedad que forma la base de toda libertad, de toda actividad, de toda independencia individual.

¡La propiedad bien adquirida, fruto del trabajo, del esfuerzo personal! ¿Os referís acaso a la propiedad del pequeño burgués, del pequeño labrador, esa forma de propiedad que precede a la propiedad burguesa? No tenemos que abolirla: el progreso de la industria la ha abolido y está aboliéndola a diario.

¿O tal ves o referís a la propiedad privada moderna, a la propiedad burguesa?

Pero, ¿es que el trabajo asalariado, el trabajo del proletario, crea propiedad para el proletario? De ninguna manera. Lo que crea es capital, es decir, la propiedad que explota al trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo asalariado, para explotarlo a su vez. En su forma actual, la propiedad se mueve en el antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado. Examinemos los dos términos de este antagonismo.

Ser capitalista significa ocupar, no sólo una posición meramente personal en la producción, sino también una posición social. El capital es un producto colectivo; no puede ser puesto en movimiento sino por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y, en último término, sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la sociedad.

El capital no es, pues, una fuerza personal; es una fuerza social.

En consecuencia, si el capital es transformado en propiedad colectiva, perteneciente a todos los miembros de la sociedad, no es la propiedad personal la que se transforma en propiedad social. Sólo habrá cambiado el carácter social de la propiedad. Esta perderá su carácter de clase.

Examinemos el trabajo asalariado.

El precio medio del trabajo asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de subsistencia indispensables al obrero para conservar su vida, como tal obrero. Por consiguiente, lo que el obrero asalariado se apropia por su actividad es estrictamente lo que necesita para la mera reproducción de su vida. No queremos de ninguna manera abolir esta apropiación personal de los productos de trabajo, indispensable a la mera reproducción de la vida humana, esa apropiación, que no deja ningún beneficio líquido que pueda dar un poder sobre el trabajo de otro. Lo que queremos suprimir es el carácter miserable de esa apropiación, que hace que el obrero no viva sino para acrecentar el capital y tan sólo en la medida en que el interés de la clase dominante exige que viva. En la sociedad burguesa, el trabajo viviente no es más que un medio de incrementar el trabajo acumulado. En la sociedad comunista, el trabajo acumulado no es más que un medio de ampliar, enriquecer y hacer más fácil la vida de los trabajadores.

De este modo, en la sociedad burguesa el pasado domina al presente; en la sociedad comunista es el presente el que domina al pasado. En la sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras que el individuo que trabaja carece de independencia y de personalidad.

¡Y es la abolición de semejante estado de cosas lo que la burguesía considera como la abolición de la personalidad y de la libertad! Y con razón. Pues se trata efectivamente de abolir la personalidad burguesa, la independencia burguesa y la libertad burguesa.

Por la libertad, en las condiciones actuales de la producción burguesa, se entiende la libertad de comercio, la libertad de comprar y vender.

Desaparecido el chalaneo, desaparecerá también la libertad de chalanear. Las declamaciones sobre la libertad de chalaneo, lo mismo que las demás bravatas liberales de nuestra burguesía, sólo tienen sentido aplicadas al chalaneo encadenado y al burgués sojuzgado de la Edad Media, pero no ante la abolición comunista del chalaneo, de las relaciones de producción burguesas y de la propia burguesía.

Os horrorizáis de que queramos abolir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedad actual la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros. Precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes, existe para nosotros. Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad.

En una palabra, nos acusáis de querer abolir vuestra propiedad. Efectivamente, eso es lo que
queremos.

Según vosotros, desde el momento en que el trabajo no pueda ser convertido en capital, en dinero, en renta de la tierra, en una palabra, en poder social susceptible de ser monopolizado; es decir, desde el instante en que la propiedad personal no puede transformarse en propiedad burguesa[21][21] desde ese instante la personalidad queda suprimida.

Reconocía, pues, que por personalidad no entendéis sino al burgués, al propietario burgués. Y esta personalidad ciertamente debe ser suprimida.

El comunismo no arrebata a nadie la facultad de apropiarse de los productos sociales, no quita más que el poder de sojuzgar el trabajo ajeno por medio de esta apropiación.

Se ha objetado que con la abolición de la propiedad privada cesaría toda actividad y sobrevendría una indolencia general.

Si así fuese, hace ya mucho tiempo que la sociedad burguesa habría sucumbido a manos de la holgazanería, puesto que en ella los que trabajan no adquieren y los que adquieren no trabajan. toda objeción se reduce a esta tautología: no hay trabajo asalariado donde no hay capital.

Todas las objeciones dirigidas contra el modo comunista de apropiación y de producción de los productos materiales han sido hechas igualmente respecto a la apropiación y a la producción de los productos del trabajo intelectual. Lo mismo que para el burgués la desaparición de la propiedad de clase equivale a la desaparición de toda producción, la desaparición de la cultura de clase significa para él la desaparición de toda cultura.

La cultura, cuya pérdida deplora, no es para la inmensa mayoría de los hombres más que el adiestramiento que los transforma en máquinas.

Más no discutáis con nosotros mientras apliquéis a la abolición de la propiedad burguesa el criterio de vuestras naciones burguesas de libertad, cultura, derecho, etcétera. Vuestras ideas son en sí mismas producto de las relaciones de producción y de propiedad burguesas, como vuestro derecho no es más que la voluntad de vuestra clase dirigida en ley; voluntad cuyo contenido está determinado por las condiciones materiales de existencia de vuestra clase.

La concepción interesada que os ha hecho erigir en leyes eternas de la Naturaleza y de la Razón las relaciones sociales dimanadas de vuestro transitorio modo de producción y de propiedad —relaciones históricas que surgen y desaparecen en el curso de la producción—, la compartís con todas las clases dominantes hoy desaparecidas. Lo que concebís para la propiedad antigua, lo que concebís para la propiedad feudal, no os atrevéis a admitirlo para la propiedad burguesa.

¡Queréis abolir la familia! Hasta los más radicales se indignan ante este infame designio de los comunistas.

¿En qué bases descansa la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro privado. La familia, plenamente desarrollada, no existe más que para la burguesía; pero encuentra su complemento en la supresión forzosa de toda familia para el proletariado y en la prostitución pública.

La familia burguesa desaparece naturalmente al dejar de existir ese complemento suyo, y ambos desaparecen con la desaparición del capital.

¿Nos reprocháis el querer abolir la explotación de los hijos por sus padres? Confesamos este crimen.

Pero decís que destruimos los vínculos más íntimos, sustituyendo la educación doméstica por la educación social.

Y vuestra educación, ¿no está también determinada por la sociedad, por las condiciones sociales en que educáis a vuestros hijos, por la intervención directa o indirecta de la sociedad a través de la escuela, etcétera? Los comunistas no han intentado esta injerencia de la sociedad en la educación, no hacen más que cambiar su carácter y arrancar la educación a la influencia de la clase dominante.

Las declamaciones burguesas sobre la familia y la educación, sobre los dulces lazos que unen a los padres con sus hijos, resultan más repugnantes a medida que la gran industria destruye todo vínculo de familia para el proletario, y transforma a los niños en simples artículos de comercio, en simples instrumentos de trabajo.

¡Pero es que vosotros, los comunistas, queréis establecer la comunidad de las mujeres? —nos grita a coro toda la burguesía.

Para el burgués, su mujer no es otra cosa que un instrumento de producción. Oye decir que los instrumentos de producción deben ser de utilización común, y, naturalmente, no puede por menos de pensar que las mujeres correrán la misma suerte.

No sospecha que se trata precisamente de acabar con esa situación de la mujer como simple instrumento de producción.

Nada más grotesco, por otra parte, que el horror ultramoral que inspira a nuestros burgueses la pretendida comunidad oficial de las mujeres que atribuyen a los comunistas. Los comunistas no tienen necesidad de introducir la comunidad de las mujeres: casi siempre ha existido.

Nuestros burgueses, no satisfechos con tener a su disposición las mujeres y las hijas de sus obreros, sin hablar de la prostitución oficial, encuentran un placer singular en encornudarse mutuamente.

El matrimonio burgués es, en realidad, la comunidad de las esposas. A lo sumo, se podría acusar a los comunistas de querer sustituir una comunidad de las mujeres hipócritamente disimulada, por una comunidad franca y oficial. Es evidente, por otra parte, que con la abolición de las relaciones de producción actuales desaparecerá la comunidad de las mujeres que de ellas se deriva, es decir, la prostitución oficial y privada.

Se acusa también a los comunistas de querer abolir la patria, la nacionalidad.

Se acusa también a los comunistas de querer abolir la patria, la nacionalidad.

Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen. Mas, por cuanto el proletariado debe en primer lugar conquistar el Poder político, elevarse a la condición de clase nacional[22][22], constituirse en nación todavía es nacional, aunque de ninguna manera en el sentido burgués.

El aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparecen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden.

El dominio del proletariado los hará desaparecer más de prisa todavía. La acción común del proletariado, al menos el de los países civilizados; es una de las primeras condiciones de su emancipación.

En la misma medida en que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación por otra.

Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí.

En cuanto a las acusaciones lanzadas contra el comunismo, partiendo del punto de vista de la religión, de la filosofía y de la ideología en general, no merecen un examen detallado.

¿Acaso se necesita una gran perspicacia para comprender que con toda modificación sobrevenida en las condiciones de vida, en las relaciones sociales, en la existencia social, cambia también las ideas, las nociones y las concepciones, en una palabra, la conciencia del hombre?

¿Qué demuestra la historia de las ideas sino que la producción intelectual se transforma con la producción material? Las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante.

Cuando se habla de ideas que revolucionan toda una sociedad, se expresa solamente el hecho de que en el seno de la vieja sociedad se han formado los elementos de una nueva, y la disolución de las viejas ideas marcha a la par con la disolución de las antiguas condiciones de vida.

En el ocaso del mundo, las viejas religiones fueron vencidas por la religión cristiana. Cuando en el siglo XVIII las ideas cristianas fueron vencidas por las ideas de la ilustración, la sociedad feudal libraba una lucha a muerte contra la burguesía, entonces revolucionaria. Las ideas de libertad religiosa y de libertad de conciencia no hicieron más que reflejar el reinado de la libre concurrencia en el dominio de la conciencia[23][23]

“Sin duda —se nos dirá—, las ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas, jurídicas, etcétera, se han ido modificando en el curso del desarrollo histórico. Pero la religión, la moral, la filosofía, la política, el derecho, se han mantenido siempre a través de estas transformaciones.

Existen además, verdades eternas, tales como la libertad, la justicia, etcétera, que son comunes a todo estado de la sociedad. Pero el comunismo quiere abolir estas verdades eternas, quiere abolir la religión y la moral, en lugar de darles una forma nueva, y por eso contradice a todo el desarrollo histórico anterior.

¿A qué se reduce esta acusación? La historia de todas las sociedades que han existido hasta hoy se desenvuelve en medio de contradicciones de clase, de contradicciones que revisten formas diversas en las diferentes épocas.

Pero cualquiera que haya sido la forma de estas contradicciones, la explotación de una parte de la sociedad por la otra es un hecho común a todos los siglos anteriores. Por consiguiente, no tiene nada de asombroso que la conciencia social de todas las edades, a despecho de toda variedad y de toda diversidad, se haya movido siempre dentro de ciertas formas comunes, dentro de unas formas[24][24] —formas de conciencia—, que no desaparecerán completamente más que con la desaparición definitiva de los antagonismos de clase.

La revolución comunista es la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales, nada de extraño tiene que en el curso de su desarrollo rompa de la manera más radical con las ideas tradicionales.

Mas, dejemos aquí las objeciones hechas por la burguesía al comunismo.

Como ya hemos visto más arriba, el primer paso de la revolución obrera, es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia. El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para aumentar con la mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas.

Esto, naturalmente, no podrá cumplirse al principio más que por una violación despótica del derecho de propiedad y de las relaciones burguesas de producción, es decir, por la adopción de medidas que desde el punto de vista económico parecerán insuficientes e insostenibles, pero que en el curso del movimiento se sobrepasarán a sí mismas[25][25] y serán indispensables como medio para transformar radicalmente todo el modo de producción.

Estas medidas, naturalmente, serán diferentes en los diversos países.

Sin embargo, en los países más avanzados podrán ser puestas en práctica casi en todas partes las siguientes medidas:

1º Expropiación de la propiedad territorial y empleo de la renta de la tierra para los gastos del Estado.

2º. Fuerte impuesto progresivo.

3º. Abolición del derecho de herencia.

4º. Confiscación de la propiedad de todos los emigrados y sediciosos.

5º. Centralización del crédito en manos del Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y monopolio exclusivo.

6º. Centralización en manos del Estado de todos los medios de transporte.

7º. Multiplicación de las empresas fabriles pertenecientes al Estado y de los instrumentos de producción, roturación de los terrenos incultos y mejoramiento de las tierras, según un plan general.

8º. Obligación de trabajar para todos; organización de ejércitos industriales, particularmente para la agricultura.

9º. Combinación de la agricultura y la industria; medidas encaminadas a hacer desaparecer gradualmente la oposición[26][26] entre la ciudad y el campo[27][27].

10º. Educación pública y gratuita de todos los niños; abolición del trabajo de éstos en las fábricas tal como se practica hoy, régimen de educación combinado con la producción material, etcétera.

Una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se haya concentrado toda la producción en manos de los individuos asociados, el Poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando propiamente, es violencia organizada de una clase para la opresión de otra. Si en la lucha contra la burguesía el proletariado se constituye indefectiblemente en clase, si mediante la revolución se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas relaciones de producción, suprime al mismo tiempo que estas relaciones de producción las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general[28][28], y, por tanto, su propia dominación como clase.

En sustitución de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, surgirá una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos.

III

Literatura Socialista y Comunista

I. El Socialismo Reaccionario

a) El socialismo feudal.

Por su posición histórica, la aristocracia francesa e inglesa estaban llamadas a escribir libelos contra la moderna sociedad burguesa. En la revolución francesa de julio de 1830 y en el movimiento inglés por la reforma, habían sucumbido una vez más bajo los golpes del odiado advenedizo. En adelante, no podía hablarse siquiera de una lucha política seria. No les quedaba más que lucha literaria.

Pero, también en el terreno literario, la vieja fraseología de la época de la Restauración[29][29] había llegado a ser inaplicable. Para crearse simpatías era menester que la aristocracia aparentase no tener en cuenta sus propios intereses y que formulará su acta de acusación contra la burguesía sólo en interés de la clase obrera explotada. Dióse de esta suerte la satisfacción de componer canciones satíricas contra su nuevo amo y de musitarle al oído profecías más o menos siniestras.

Así es como nació el socialismo feudal, mezcla de jeremiadas y pasquines, de ecos del pasado y de amenazas sobre el porvenir. Si alguna vez su crítica amarga, mordaz e ingeniosa hirió a la burguesía en el corazón, su incapacidad absoluta para comprender la marcha de la historia moderna concluyó siempre por cubrirle de ridículo.

A guisa de bandera, estos señores enarbolaban un mísero zurrón de proletario, a fin de atraer al pueblo. Pero cada vez que el pueblo acudía, advertía que sus posaderas estaban ornadas con el viejo blasón feudal y se dispersaban en medio de grandes e irreverentes carcajadas.

Una parte de los legitimistas franceses y la “Joven Inglaterra”[30][30] han dado al mundo este espectáculo.

Cuando los campeones del feudalismo demuestran que su modo de explotación era distinto del de la burguesía, olvidan una cosa y es que ellos explotaban en condiciones y circunstancias por completo diferentes y hoy anticuadas. Cuando advierten que bajo su dominación no existía el proletariado moderno, olvidan que la burguesía moderna es precisamente un retoño fatal del régimen social suyo.

Disfrazan tan poco, por otra parte, el carácter reaccionario de su crítica, que la principal acusación que presentan contra la burguesía es precisamente haber creado bajo su régimen una clase que hará saltar por los aires todo el antiguo orden social.

Lo que imputan a la burguesía no es tanto el haber hecho surgir un proletariado en general, sino el haber hecho surgir un proletariado revolucionario.

Por eso, en la práctica política, toman parte en todas las medidas de represión contra la clase obrera. Y en la vida diaria, a pesar de su fraseología ampulosa, se las ingenian para recoger las manzanas de oro caídas del árbol de la industria y trocar el honor, el amor y la fidelidad por el comercio en lanas, azúcar de remolacha y aguardiente[31][31].

Del mismo modo que el cura y el señor feudal marcharon siempre de la mano, el socialismo clerical marcha unido con el socialismo feudal.

Nada más fácil que recubrir con un barniz socialista el ascetismo cristiano. ¿Acaso el cristianismo no se levantó también contra la propiedad privada, el matrimonio y el Estado? ¿No predicó en su lugar la caridad y la pobreza, el celibato y la mortificación de la carne, la vida monástica y la iglesia? El socialismo cristiano[32][32] no es más que el agua bendita con que el clérigo consagra el despecho de la aristocracia.

b) El socialismo pequeño-burgués.

La aristocracia feudal no es la única clase derrumbada por la burguesía y no es la única clase cuyas condiciones de existencia empeoran y van extinguiéndose en la sociedad burguesa moderna. Los villanos de las ciudades medievales y el estamento de los pequeños agricultores de la Edad Media fueron los precursores de la burguesa moderna. En los países de una industria y un comercio menos desarrollados esta clase continúa vegetando al lado de la burguesía en auge. En los países donde se ha desarrollado la civilización moderna, se ha formado —y, como parte complementaria de la sociedad burguesa, sigue formándose sin cesar— una nueva clase de pequeños burgueses que oscila entre el proletariado y la burguesía. Pero los individuos que la componen se ven continuamente precipitados a las filas del proletariado a causa de la competencia, y, con el desarrollo de la gran industria, ven aproximarse el momento en que desaparecerán por completo como fracción independiente de la sociedad moderna y en que serán reemplazados en el comercio, en la manufactura y en la agricultura por capataces y empleados.

En países como Francia, donde los campesinos constituyen bastante más de la mitad de la población, es natural que los escritores que defendían la causa del proletariado contra la burguesía, aplicasen a su crítica del régimen burgués el rasero del pequeño burgués y del pequeño campesino, y defendiesen la causa obrera desde el punto de vista de la pequeña burguesía. Así se formó el socialismo pequeño-burgués. Sismondi es el más alto exponente de esta literatura, no sólo en Francia, sino también en Inglaterra.

Este socialismo analizó con mucha sagacidad las contradicciones a las modernas relaciones de producción. Puso al desnudo las hipócritas apologías de los economistas. Demostró de una manera irrefutable los efectos destructores del maquinismo y de la división del trabajo, la concentración de los capitales y de la propiedad territorial, la super-producción, la crisis, inevitable ruina de los pequeños burgueses y de los campesinos, la miseria del proletariado, la anarquía en la producción, la escandalosa desigualdad en la distribución de las riquezas, la exterminadora guerra industrial de las naciones entre sí, la disolución de las viejas costumbres, de las antiguas relaciones familiares, de las viejas nacionalidades.

Sin embargo, el contenido positivo de ese socialismo consiste, bien en su anhelo de restablecer los antiguos medios de producción y de cambio, y con ellos las antiguas relaciones de propiedad y toda la sociedad antigua, bien en querer encajar por la fuerza los medios modernos de producción de cambio en el marco estrecho de las antiguas relaciones de propiedad, que ya fueron rotas, que fatalmente debían ser rotas por ellos. En uno y otro caso, este socialismo es a la vez reaccionario y utópico.

Para la manufactura, el sistema gremial; para la agricultura, el régimen patriarcal; he aquí su última palabra.

En su ulterior desarrollo esta tendencia ha caído en una decepción cobarde[33][33]

c) El socialismo alemán o socialismo verdadero.

La literatura socialista y comunista de Francia, que nació bajo el yugo de una burguesía dominante y es la expresión literaria de la lucha contra dicha dominación, fue introducida en Alemania en el momento en que la burguesía acababa de comenzar su lucha contra el absolutismo feudal. Filósofos, semifilósofos e ingenios de salón alemanes se lanzaron ávidamente sobre esta literatura: pero olvidaron que con la importación de la literatura francesa no habían sido importadas a Alemania, al mismo tiempo, las condiciones sociales de Francia. En las condiciones alemanas. la literatura francesa perdió toda significación práctica inmediata y tomó un carácter puramente literario. Debía parecer más bien una especulación ociosa sobre la sociedad verdadera[34][34], sobre la realización de la esencia humana[35][35]. De este modo, para los filósofos alemanes del siglo XVIII las reivindicaciones de la primera revolución francesa no eran más que las reivindicaciones de la “razón práctica” en general, y las manifestaciones de la voluntad de la burguesía revolucionaria de Francia no expresaban a sus ojos más que las leyes de la voluntad pura, de la voluntad tal como debe ser, de la voluntad verdaderamente humana.

Toda la labor de los literatos alemanes se redujo únicamente a poner de acuerdo las nuevas ideas francesas con su vieja conciencia filosófica, o, más exactamente, a asimilarse las ideas francesas partiendo de sus propias opiniones filosóficas.

Y se las asimilaron como se asimila en general una lengua extranjera; por la traducción.

Se sabe cómo los frailes superpusieron sobre los manuscritos de las obras clásicas del antiguo paganismo las absurdas descripciones de la vida de los santos católicos. Los literatos alemanes procedieron inversamente con respecto a la literatura profana francesa. Deslizaron sus absurdos filosóficos bajo el original francés. Por ejemplo: bajo la crítica francesa de las funciones del dinero, escribían: “enajenación de la esencia humana”; bajo la crítica francesa del Estado burgués decían: “eliminación del poder de lo universal abstracto”, y así sucesivamente.

A esta interpelación de su fraseología filosófica en la crítica francesa le dieron el nombre de “filosofía de la acción”, “socialismo verdadero”, ciencia alemana del socialismo”, “fundamentación filosófica del socialismo”, etcétera.

De esta manera fue completamente castrada la literatura socialista-comunista francesa. Y como en manos de los alemanes dejó de ser la expresión de la lucha de una clase contra otra, los alemanes se imaginaron estar muy por encima de la “estrechez francesa” y haber defendido, en lugar de las verdaderas necesidades, la necesidad de la verdad, en lugar de los intereses del proletariado, los intereses de la esencia humana, del hombre en general, del hombre que no pertenece a ninguna clase ni a ninguna realidad y que no existe más que en el cielo brumoso de la fantasía filosófica.

Este socialismo alemán, que tomaba tan solemnemente en serio sus torpes ejercicios de escolar y que con tanto estrépito charlantesco los lanzaba a los cuatro vientos, fue perdiendo poco a poco su inocencia pedantesca. La lucha de la burguesía alemana, y principalmente de la burguesía prusiana, contra los feudales y la monarquía absoluta, en una palabra, el movimiento liberal adquiría un carácter más serio.

De esta suerte, ofreciósele al “verdadero” socialismo la ocasión tan deseada de contraponer al movimiento político las reivindicaciones socialistas, de fulminar los anatemas tradicionales contra el liberalismo, contra el Estado representativo, contra la concurrencia burguesa, contra la libertad burguesa de prensa, contra el derecho burgués, contra la libertad y la igualdad burguesa y de predicar a las masas populares que ellas no tenían nada que ganar, y que más bien perderían todo, en este movimiento burgués. El socialismo alemán olvidó muy a propósito que la crítica francesa, de la cual era simple eco insípido, presuponía la sociedad burguesa moderna, con las correspondientes condiciones materiales de existencia y una constitución política adecuada, es decir, precisamente las premisas que todavía se trataba de conquistar en Alemania.

Para los gobiernos absolutos de Alemania, con su séquito de clérigos, de pedagogos, de hidalgo rústicos y de burócratas, este socialismo se convirtió en una espantajo propicio contra la burguesía que se levantaba amenazadora.

Formó el complemento dulzarrón de los amargos latigazos y tiros con que esos mismos gobiernos respondieron a los alzamientos de los obreros alemanes.

Si el “verdadero” socialismo se convirtió de este modo en un arma en manos de los gobiernos contra la burguesía alemana, representaba además, directamente, un interés reaccionario, el interés del pequeño burgués alemán[36][36]. La clase de los pequeños burgueses, legada por el siglo XVI, y desde entonces renaciendo sin cesar bajo diversas formas, constituye para Alemania la verdadera base social del orden establecido.

Mantenerla es conservar en Alemania el orden establecido. La supremacía industrial y política de la burguesía le amenaza con una muerte cierta: de una parte, por la concentración de los capitales, y de otra, por el desarrollo de un proletariado revolucionario. A la pequeña burguesía le pareció que el verdadero” socialismo podía matar los dos pájaros de un tiro. Y éste se propagó como una epidemia.

Tejido con los hilos de araña de la especulación, bordado de flores retóricas y bañado por un rocío sentimental, ese ropaje fantástico en que los socialistas alemanes envolvieron sus tres o cuatro descarnadas “verdades eternas”, no hizo sino aumentar la demanda de su mercancía entre semejante público.

Por su parte, el socialismo alemán comprendió cada vez mejor que estaba llamado a ser el representante pomposo de esta pequeña burguesía.

Proclamó que la nación alemana era la nación modelo y el mesócrata alemán el hombre modelo. A todas las infamias de este hombre modelo les dio un sentido oculto, un sentido superior y socialista, contrario a lo que era realidad. Fue consecuente hasta el fin, manifestándose de un modo directo contra la tendencia “brutalmente destructiva” del comunismo y declarando su imparcial elevación por encima de todas las luchas de clases. Salvo muy raras excepciones, todas las obras llamadas socialistas y comunistas que circulan en Alemania pertenecen a esta inmunda y enervante literatura[37][37].

2. El Socialismo Conservador o Burgués

Una parte de la burguesía desea remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa.

A esta categoría pertenecen los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que pretenden mejorar la suerte de las clases trabajadoras, los organizadores de la beneficencia, los protectores de animales, los fundadores de las sociedades de templanza, los reformadores domésticos de toda suerte. Y hasta se ha llegado a elaborar este socialismo burgués en sistemas completos.

Citemos como ejemplo la “Filosofía de la Miseria”, de Proudhon.

Los burgueses socialistas quieren perpetuar las condiciones de vida de la sociedad moderna, pero sin las luchas y los peligros que surgen fatalmente de ellas. Quieren perpetuar la sociedad actual, pero sin los elementos que la revolucionan y descomponen. Quieren la burguesía sin el proletariado. La burguesía, como es natural, representa el mundo en que ella domina como el mejor de los mundos. El socialismo burgués elabora en un sistema más o menos completo esta representación consoladora. Cuando invita al proletariado a realizar su sistema y a entrar en la nueva Jerusalén, no hace otra cosa, en el fondo, que inducirle a continuar en la sociedad actual, pero despojándose de la concepción odiosa que se ha formado de ella.

Otra forma de este socialismo, menos sistemática, pero más práctica, intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario, demostrándoles que no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles sino, solamente una transformación de las condiciones materiales de vida, de las relaciones económicas. Pero, por transformación de las condiciones materiales de vida, este socialismo no entiende, en modo alguno, la abolición de las relaciones de producción burguesas —lo que no es posible más que por vía revolucionaria—, sino únicamente reformas administrativas realizadas sobre la base de las mismas relaciones de producción burguesas, y que, por tanto, no afectan a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo únicamente, en el mejor de los casos, para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su dominio y para simplificarle la administración de su Estado.

El socialismo burgués no alcanza su expresión adecuada, sino cuando se convierte en simple figura retórica.

¡Libre cambio, en interés de la clase obrera! ¡Aranceles protectores, en interés de la clase obrera! ¡Prisiones celulares, en interés de la clase obrera! He ahí la última palabra del socialismo burgués, la única que ha dicho seriamente.

El socialismo burgués se resume precisamente en esta afirmación: los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera.

3. El Socialismo y el Comunismo Crítico-Utópicos.

No se trata aquí de la literatura que en todas las grandes revoluciones modernas, ha formulado las reivindicaciones del proletariado (los escritos de Babeuf, etcétera).

Las primeras tentativas directas del proletariado para hacer prevalecer sus propios intereses de clase, realizadas en tiempos de efervescencia general, en el periodo del derrumbamiento de la sociedad feudal, fracasaron necesariamente, tanto por el débil desarrollo del mismo proletariado como por la ausencia de las condiciones materiales de su emancipación, condiciones que surgen sólo como producto del advenimiento de la época burguesa. La literatura revolucionaria que acompaña a estos primeros movimientos del proletariado, era forzosamente, por su contenido, reaccionario. Preconizaba un ascetismo general y un burdo igualitarismo.
Los sistemas socialistas y comunistas propiamente dichos, los sistemas de Saint -Simón, de Fourier, de Owen, etcétera, hacen su aparición en el periodo inicial y rudimentario de la lucha entre el proletariado y la burguesía, periodo descrito anteriormente.

Los inventores de estos sistemas, por cierto se dan cuenta del antagonismo de las clases, así como de la acción de los elementos destructores dentro de la misma sociedad dominante. Pero no advierten del lado del proletariado ninguna iniciativa histórica, ningún movimiento político que le sea propio.

Como el desarrollo del antagonismo de clases va a la par con el desarrollo de la industria, ellos tampoco pueden encontrar las condiciones materiales de la emancipación del proletariado, y se lanzan en busca de una ciencia social de unas leyes sociales que permitan crear esas condiciones.

En lugar de la acción social tienen que poner la acción de su propio ingenio; en lugar de las condiciones históricas de la emancipación, condiciones fantásticas; en lugar de la organización gradual del proletariado en clase, una organización de la sociedad inventada por ellos. La futura historia del mundo se reduce para ellos a la propaganda y ejecución práctica de sus planes sociales.

En la confección de sus planes tienen conciencia, por cierto, de defender ante todo los intereses de la clase obrera, por ser la clase que más sufre. El proletariado no existe para ellos sino bajo el aspecto de la clase que más padece.

Pero la forma rudimentaria de la lucha de clases, así como, su propia posición social, les lleva a considerarse muy por encima de todo antagonismo de clase. Desean mejorar las condiciones de vida de todos los miembros de la sociedad, incluso de los más privilegiados. Por eso, no cesan de apelar a toda la sociedad sin distinción, e incluso se dirigen con preferencia a la clase dominante. Porque basta con comprender su sistema, para reconocer que es el mejor de todos los planes posibles de la mejor de todas las sociedad posibles.

Repudian, por eso, toda acción política, y en particular toda acción revolucionaria; se proponen alcanzar su objetivo por medios pacíficos, intentando abrir camino al nuevo evangelio social valiéndose de la fuerza del ejemplo, por medio de pequeños experimentos, que, naturalmente fracasan siempre.

Estas fantásticas descripciones de la sociedad futura, que surgen en una época en que el proletariado, todavía muy poco desarrollado, considera aún su propia situación de una manera también fantástica, corresponden a[38][38] las primeras aspiraciones instintivas de los obreros hacia una completa transformación de la sociedad. Mas estas obras socialistas y comunistas encierran también elementos críticos. Atacan todas las bases de la sociedad existente. Y de este modo han proporcionado materiales de un gran valor para instruir a los obreros. Sus tesis positivas referentes a la sociedad futura[39][39], tales como la desaparición del contraste entre la ciudad y el campo[40][40], la abolición de la familia, de la ganancia privada y del trabajo asalariado, la proclamación de la armonía social y la transformación del Estado en una simple administración de la producción; todas estas tesis no hacen sino enunciar la desaparición del antagonismo de las clases, antagonismo que comienza solamente a perfilarse y del que los inventores de sistema no conocen todavía sino las primeras formas indistintas y confusas. Así, estas tesis tampoco tienen más que un sentido puramente utópico.

La importancia del socialismo y del comunismo crítico utópicos está en razón inversa al desarrollo histórico. A medida que la lucha de clases se acentúa y toma formas más definidas, el fantástico afán de abstraerse de ella, esa fantástica oposición que se le hace, pierde todo valor práctico, toda justificación teórica. He ahí por qué si en muchos aspectos los autores de esos sistemas eran revolucionarios, las sectas formadas por sus discípulos son siempre reaccionarias, pues se aferran a las viejas concepciones de sus maestros, a pesar del ulterior desarrollo histórico del proletariado. Buscan, pues, y en eso son consecuentes, embotar la lucha de clases y conciliar los antagonismos. Continúan soñando con la experimentación de sus utopías sociales; con establecer falansterios aislados, crear colonias interiores en sus países o fundar una pequeña Icaria[41][41], edición en dozavo de la nueva Jerusalén. Y para la construcción de todos estos castillos en el aire se ven forzados a apelar a la filantropía de los corazones y de los bolsillos burgueses. Poco a poco van cayendo en la categoría de los socialistas reaccionarios o conservadores descritos más arriba y sólo se distinguen de ellos por una pedantería más sistemática y una fe supersticiosa y fanática en la eficacia milagrosa de su ciencia social.

Por eso, se oponen con encarnizamiento a todo movimiento político de la clase obrera, pues no ven en él sino el resultado de una ciega falta de fe en el nuevo Evangelio.

Los owenistas, en Inglaterra, reaccionan contra los cartistas, y los fourieristas, en Francia, contra los reformistas[42][42].

IV

Actitud de los Comunistas Ante los

Diferentes Partidos de Oposición

Después de lo dicho en el capítulo II, la posición de los comunistas ante los partidos obreros ya construidos se explica por sí misma, y por tanto su posición ante los cartistas de Inglaterra, y los partidarios de la reforma agraria en América del Norte.

Los comunistas luchan por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera: pero, al mismo tiempo representan y defienden también, dentro del movimiento actual, el porvenir de ese movimiento. En Francia, los comunistas se suman al Partido Socialista Democrático[43][43] contra la burguesía conservadora y radical, sin embargo, al derecho de criticar las ilusiones y la fraseología legadas por la tradición revolucionaria. En Suiza apoyan a los radicales, sin desconocer que este partido se compone de elementos contradictorios, en parte de socialistas democráticos, al estilo francés, y en parte de burgueses radicales. Entre los polacos, los comunistas apoyan al partido que ve en una revolución agraria la condición de la liberación nacional; es decir, al partido que provocó en 1846 la insurrección de Cracovia. En Alemania, el Partido Comunista lucha de acuerdo con la burguesía, en tanto que ésta actúa revolucionariamente contra la monarquía absoluta, la propiedad territorial feudal y la pequeña burguesía reaccionaria. Pero jamás, en ningún momento, se olvida este partido de inculcar a los obreros la más clara conciencia del antagonismo hostil que existe entre la burguesía y el proletariado, a fin de que los obreros alemanes sepan convertir de inmediato las condiciones sociales y políticas que forzosamente ha de traer consigo la dominación burguesa en otras tantas armas contra la burguesía, a fin de que, tan pronto sean derrocadas las clases reaccionarias en Alemania, comience inmediatamente la lucha contra la misma burguesía. Los comunistas fijan su principal atención en Alemania, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución burguesa y porque llevará a cabo esta revolución bajo las condiciones más progresivas de la civilización europea en general, y con un proletariado mucho más desarrollado que el de Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia en el siglo XVIII, y por lo tanto, la revolución burguesa alemana no podrá ser sino el preludio inmediato de una revolución proletaria.

En resumen, los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente. En todos estos movimientos ponen en primer término como cuestión fundamental del movimiento, la cuestión de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menos desarrollada que ésta revista.

En fin, los comunistas trabajan en todas partes por la unión y el acuerdo entre los partidos democráticos de todos los países.

Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen en cambio un mundo que ganar.

¡Proletarios de Todos los Países, Unidos!




[1][1] Por burguesía se comprende a la clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social, qué emplean el trabajo asalariado. Por proletarios se comprende a la clase de los trabajadores asalariados, modernos que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir. (Nota de F. Engels, 1888).
[2][2] Es decir, la historia escrita. En 1847, la historia de la organización social que precedió a toda la historia escrita, la prehistoria, era casi desconocida. Posteriormente, Haxthausen ha descubierto en Rusia la propiedad comunal de la tierra; Maurer ha demostrado que ésta fue la base social de la que partieron históricamente todas las tribus teutonas, y se ha ido descubriendo poco a poco que la comunidad rural, con la posesión colectiva de la tierra, es o ha sido la forma primitiva de la sociedad, desde las Indias hasta Irlanda. La organización interna de esa sociedad comunista primitiva ha sido puesta en claro, en lo que tiene de típico, con el culminante descubrimiento hecho por Morgan de la verdadera naturaleza de la gens y de su lugar en la tribu. Con la disolución de estas comunidades primitivas comenzó la división de la sociedad en clases distintas y, finalmente, antagónicas. He intentado analizar este proceso en la obra “El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado”. (Nota de F. Engels a la edición Inglesa de 1888).
[3][3] Zunftbürger, esto es, miembro de un gremio con todos los derechos, maestro del mismo, y no su dirigente. (Nota de F. Engels 1888).
[4][4] En 1888, a las palabras “éxito político” se ha añadido “de esta clase”.
[5][5] “Comunas” se llamaban en Francia las ciudades nacientes todavía antes de arrancar a sus amos y señores feudales la autonomía local y los derechos políticos como “tercer estado”. En términos generales, se ha tomado aquí a Inglaterra como país típico del desarrollo económico de la burguesía, y a Francia como país típico de su desarrollo político. (Nota de F. Engels, 1888).
[6][6] En 1883, a las palabras “república urbana independiente” se ha añadido” (como en Italia y en Alemania)”, y a las palabras “tercer estado tributario de la monarquía” las palabras “(como en Francia)”.
[7][7] En la edición alemana de 1890, en lugar de “anteriores” dice “otras”.
[8][8] En la edición inglesa de 1888, esta frase ha sido omitida. pág. 39
[9][9] En la edición alemana de 1872 y en las posteriores de 1883 y 1890 las palabras “de la civilización burguesa y” han sido omitidas.
[10][10] En sus escritos posteriores, Marx y Engels, en lugar de “valor del trabajo” y “precio del trabajo”, utilizaron “valor de la fuerza de trabajo” y precio de la fuerza de trabajo”,
[11][11] En 188, en lugar de “cantidad de trabajo” dice dureza del trabajo”.
[12][12] En 1888 en lugar de esta frase dice “Ellos dirigen sus ataques no contra las relaciones burguesas de producción, sino contra los mismos instrumentos de producción”
[13][13] En 1888, después de “coaliciones” ha sido añadido “(tradeuniones)”.
[14][14] En 1888, en lugar de “elementos de su propia educación” dice “elementos de su propia educación política y general”
[15][15] En 1888, en lugar de “elementos de educación” dice “ elementos de ilustración y progreso”.
[16][16] En 1888, a “el movimiento independiente” se añade “y consciente”.
[17][17] En 1888, “la acumulación de la riqueza en manos de particulares” han sido omitidas.
[18][18] En 1888, en lugar de “especiales” dice “sectarios”.
[19][19] En 1888, en lugar de “el sector más resuelto” dice “el sector más avanzado y más resuelto”.
[20][20] En 1888, en lugar de “la explotación de los unos por los otros” dice “la explotación de la mayoría por la minoría”.
[21][21] En 1888, a “en propiedad burguesa” se ha añadido “en capital”.
[22][22] En 1888, en lugar de “elevarse a la condición de clase nacional” dice “elevarse a la condición de clase dirigente de la nación”.
[23][23] En la edición alemana de 1872 y en las ediciones posteriores , en lugar de “en el dominio de la conciencia” dice “en el dominio del saber”.
[24][24] En 1890, las palabras “dentro de unas formas” han sido omitidas.
[25][25] En 1888, a las palabras “se sobrepasarán a sí mismas” se ha añadido “exigiendo ulteriormente atacar al viejo orden social”.
[26][26] En 1872 en lugar de “la oposición” dice “las diferencias”.
[27][27] En 1888, dice “9. Combinación de la agricultura y la industria; abolición gradual de las diferencias entre la ciudad y el campo, mediante la distribución más equilibrada de la población en el país”.
[28][28] En 1872 y 1883 y 1890 en lugar de “las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general”.
[29][29] No se trata aquí de la Restauración inglesa de 1660-1689, sino de la francesa de 1814-1830. (Nota de F. Engels, 1888).
[30][30] Los legitimistas eran los sostenedores de la dinastía de los Borbones que fueron destronados en 1830 y que representaba el interés hereditario de los grandes terratenientes. En la lucha en contra de la dinastía de Orleans, que fue sostenida por la aristocracia financiera y la gran burguesía, una parte de los legitimistas frecuentemente recurrían a una suerte de demagogia social y pretendían ser los protectores de la clase trabajadora en contra de la explotación de la burguesía.
“Joven Inglaterra”, un grupo de políticos ingleses y hombres de letras que pertenecían al Partido Tory. Se organizaron a principios de 1840. Los representantes de la “Joven Inglaterra” reflejaban el descontento de la aristocracia de la tierra que se oponía al crecimiento de las fuerzas económicas y políticas de la burguesía. Ellos recurrieron a métodos demagógicos, con miras a poner a la clase trabajadora bajo su influencia y usarla finalmente para combatir a los burgueses.
[31][31] Esto se refiere en primer término a Alemania, donde los terratenientes aristócratas y los “junkers” cultivan por cuenta propia gran parte de sus tierras con ayuda de administradores, y poseen, además, grandes fábricas de azúcar de remolacha y destilerías de alcohol de patatas. Los más acaudalados aristócratas británicos todavía no han llegado a tanto: pero también ellos saben cómo pueden compensar la disminución de la renta, cediendo sus nombres a los fundadores de toda clase de sociedades anónimas de reputación más o menos dudosa. (Nota de F. Engels, 1888).
[32][32] En 1848, de “socialismo cristiano” dice “socialismo sagrado y actual”.
[33][33] En 1888, dice “Finalmente, cuando hechos históricos irrefutables desvanecieron todos los efectos embriagadores de las falsas ilusiones, esta forma de socialismo acabó en un miserable abatimiento”.
[34][34] En 1872 y en 1883 y 1890, las palabras “sobre la sociedad verdadera” han sido omitidas.
[35][35] En 1888 esta frase ha sido omitida.
[36][36] En 1888, “pequeño burgués alemán” y “pequeña burguesía alemana” han sido sustituidas, en el apartado socialismo “verdadero”, por las expresiones “filisteos alemanes” y “filisteo pequeñoburgués alemán”.
[37][37] La tormenta revolucionaria de 1848 barrió esta miserable escuela y ha quitado a sus partidarios todo deseo de seguir haciendo socialismo. el principal representante y el tipo clásico de esta escuela es el señor Karl Grün. (N. de F. Engels, 1890).
[38][38] En 1872, 1883 y 1890, en “corresponden” dice “provienen de”.
[39][39] En 1888, en “Sus tesis positivas referentes a la sociedad futura” dice “Las medidas prácticas propuestas en ellas”.
[40][40] En 1888, en “el contraste entre la ciudad y el campo” dice “de la diferencia entre la ciudad y el campo”.
[41][41] Falansterios se llamaban las colonias socialistas proyectadas por Carlos Fourier. Icaria era el nombre dado por Cabet a su país utópico y más tarde a su colonia comunista en América (Nota de F. Engels, 1888).
Owen llamó a sus sociedades comunistas modelo “home-Colonies” (colonias interiores) El falansterio era el nombre de los palacios proyectados por Fourier. Llamábase Icaria el país fantástico-utópico, cuyas instituciones comunistas describía Caber. (Nota de F. Engels, 1890).
[42][42] Se refiere a los partidos del periódico La Réforme, órgano del Partido Socialista Democrático. Ellos propugnaban el establecimiento de una república y llevar a cabo las reformas democráticas sociales.
[43][43] Este partido estaba representado en el parlamento por Ledru-Rollin, en la literatura por Luis Blanc y en la prensa diaria por La Réforme. El nombre de Socialista Democrático significaba, en boca de sus inventores, la parte del Partido Democrático o Republicano que tenía un matiz más o menos socialista. (Nota de F. Engels, 1888).
Lo que se llamaba entonces en Francia el Partido Socialista Democrático estaba representado en política por Ledru-Rollin y en la literatura por Luis Blanc; hallábase, pues a cien mil leguas de la social democracia alemana de nuestro tiempo. (Nota de F. Engels, 1890).

En Alemania, el Partido Comunista lucha de acuerdo con la burguesía, en tanto que ésta actúa revolucionariamente contra la monarquía absoluta, la propiedad territorial feudal y la pequeña burguesía reaccionaria. Pero jamás, en ningún momento, se olvida este partido de inculcar a los obreros la más clara conciencia del antagonismo hostil que existe entre la burguesía y el proletariado, a fin de que los obreros alemanes sepan convertir de inmediato las condiciones sociales y políticas que forzosamente ha de traer consigo la dominación burguesa en otras tantas armas contra la burguesía, a fin de que, tan pronto sean derrocadas las clases reaccionarias en Alemania, comience inmediatamente la lucha contra la misma burguesía. Los comunistas fijan su principal atención en Alemania, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución burguesa y porque llevará a cabo esta revolución bajo las condiciones más progresivas de la civilización europea en general, y con un proletariado mucho más desarrollado que el de Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia en el siglo XVIII, y por lo tanto, la revolución burguesa alemana no podrá ser sino el preludio inmediato de una revolución proletaria.

En resumen, los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente. En todos estos movimientos ponen en primer término como cuestión fundamental del movimiento, la cuestión de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menos desarrollada que ésta revista.

En fin, los comunistas trabajan en todas partes por la unión y el acuerdo entre los partidos democráticos de todos los países.

Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen en cambio un mundo que ganar.

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